domingo, 27 de febrero de 2011

Excursión con Super Javi

Vaya día más bueno que tuvimos ayer, se va acercando la primavera y con sol se puede salir sin temor a que se te hielen las manos encima del manillar de la bici. Mi compañero y yo cogimos las bicicletas y nos adentramos por un camino de tierra con acueducto de por medio.

No conocíamos el lugar a donde nos dirigía el camino, por un auténtico carril bici natural.

Pedaleábamos paralelos a la vía del tren, disfrutando de la libertad.

No todo era tan fácil. Hubo que echar pie a tierra en alguna ocasión para cambiar de camino.

Me encantan las tomas realizadas desde el suelo. No contábamos con ayudante de cámara, así que había que usar los viejos trucos.

A mi acompañante le da mucha hambre esto del deporte, menos mal que llevábamos la mochila con todos los nutrientes necesarios para coger energía. Qué mejor lugar que la sombra de una encina.

Poco después cambiaríamos al otro lado de la vía, siguiendo un camino que nos llevaría a la carretera de El Burgo, no podíamos continuar por carriles de montaña, entonces decidí dar la vuelta para disgusto de Javi, porque tocaba subir de lo lindo.

También había que bordear charcos de los buenos, con el consiguiente riesgo de ir a parar en mitad del agua. Por suerte, seguíamos secos.

Vuelta a cruzar la vía del tren, prestando el mayor cuidado del mundo, porque aunque no sea muy concurrida, sí que tuvimos la oportunidad de ver pasar uno a nuestro lado.

Ahora sí que tocaba sufrir de lo lindo, empujando la bici por una buena cuesta empinada a más no poder, imposibilitando la subida pedaleando, a riesgo de caer de vuelta a la vía del tren.

La vuelta iba más rápida que la ida, pero no estaba exenta de pasar por encima del barro, patinazos incluidos, pero sin ir al suelo.

Padre e hijo pasándolo de miedo en un día muy soleado.

El riachuelo no era obstáculo alguno para Super Javi.

Faltaban un par de kilómetros para completar los dieciocho de nuestra particular excursión, cuando pasamos de nuevo por el espectacular tramo de acueducto.

Os remito al blog de Javi para ver uno de los dos videos que le hice mientras rodábamos en bici.

sábado, 26 de febrero de 2011

De Madrid a Málaga

Mala noche, por la cama, tan grande y tan vacía. A las seis y media de la mañana ya estaba despierto, algo más de cuatro horas de sueño. Quedaba mucho para la cita con los compañeros para coger el autobús que nos llevaría de nuevo a Atocha. Había tiempo para contemplar Madrid, con el Santiago Bernabeu en primer plano, recogiendo la luz desde el Este.

Después de un copioso desayuno, nos llevaron a una estación repleta de gente con prisas, incertidumbre, vacío. Estaba ya esperando la señal de salida.

Salvo un par de veces en las que he hecho turismo de provinciano, siempre he ido llevado por algún motivo de excusa profesional, con la idea de echar veinticuatro horas en la capital. Son las únicas ocasiones en las que monto en tren. Antes cogía el avión, pero desde que hay tren de alta velocidad, me salvo del siempre desagradable despegue y aterrizaje.

Esta vez me entretuve con la película, dejé mi mente volar por los campos que atravesábamos, y cuando me quise dar cuenta, ya estaba de nuevo en Málaga.

Madrid amanece con ruido, con humo …

domingo, 20 de febrero de 2011

De Málaga a Madrid

Más de dos años y medio sin ir ya por la capital de España. En esta ocasión Legrand tuvo el detalle de invitarme a una conferencia en el Santiago Bernabeu sobre el factor tiempo en la iluminación. Seis ingenieros fuimos los afortunados de la provincia de Málaga en disfrutar de un corto pero intenso viaje.

A las dos de la tarde andaba ya por uno de los andenes de la estación María Zambrano. Buscando mi vagón.

Llovía en esos momentos y yo empezaba con esa manía que tengo de fotografiar todo lo que pueda llamarme algo la atención. El reflejo de mano y cámara, combinados con unas gotas corriendo por la ventana, fue algo que tenía que sacar, aunque fuese enfocando a mano, a la antigua usanza.

El día no prometía para las fotos, o al menos eso es lo que dicen muchos aficionados a las fotos, cuando soy de la opinión que los días nublados presentan una luz que, buscando el equilibrio adecuado, puede ayudar mucho. Es posible que fuéramos ya a más de 200 Km/h, de ahí esa suavidad de tono en primer plano.

Llegamos a Madrid en algo menos de tres horas, dichoso AVE, algo impensable cuando hice la mili en Castellón de la Plana, que necesitaba de toda una jornada para venir a casa en tren. Eso sí, podía charlar con los colegas y hasta … fumar un cigarrillo en el vagón, sí, de verdad, aunque para los más jóvenes pueda parecer que hablo del siglo XIX. La tarde desde el hotel presentaba este aspecto.

A las ocho y media de la tarde estábamos en el estadio del Real Madrid. Llovía, hacía frío, pero para los presentes que nunca habíamos visitado tal monumento del fútbol, era una ocasión especial para meter todo lo que nos cupiese en la cámara. La mitad del césped no es que estuviera deteriorado, es que estaba fuertemente iluminado a ras de suelo; tema de conservación del césped.

Anda, fíjate tú, una chica con paraguas en mitad de la lluvia, y yo mojándome. No podía ser.

Creí que al final, con tanto éxito, saldría de titular, pero no, me acompañaron amablemente al banquillo.

Después de que todo el personal hiciera cientos de fotos desde todas las posiciones que se podía, nos dieron una copa para entrar en calor y asistir a la conferencia, muy interesante, por cierto. Inconveniente: era en el exterior, en el palco, eso sí, pero con un frío y una lluvia que para qué os voy a contar. Observad bien la foto y veréis las gotas de agua en el plástico, que protegía al ponente de toda la descarga del cielo.

En la siguiente entrada puede que os hable del regreso, saltándome lo de la cena y las copas en una vacía disco, con otros tres compañeros, donde la única chica dispuesta a la conversación amable y simpática fue la camarera que atendía la barra. Por cierto, gracias Diana por esa copa a la que quisiste invitarme; como lo hiciste de corazón, me sentó bien y sirvió para reconciliar un rápido sueño.

Allí donde se cruzan los caminos … (Sensei Gustavo, te la dedico)

martes, 15 de febrero de 2011

Noche gélida

El título se lo puso Javi, que conste. El muchacho tenía las manos heladas, a pesar de llevar guantes de lana puestos. Todo empezó por la idea de ver algo de nieve y hacer algunas fotos nocturnas. Para ello nos fuimos a un lugar apartado, en la sierra, lejos de contaminación lumínica alguna.

Cuando llegamos estaba atardeciendo, la luz era ya la de tonos anaranjados. Mi compañero se divertía levantando láminas de agua con una piedra.

El sol se dejaba ver entre unos pinsapos que ya esperaban la noche.

El sol se escondía tras la cabeza del niño.

Javi lo cogió con su mano y lo guardó para que pudiera calentarnos y darlos luz a la mañana siguiente.

Ya se quedó el valle a oscuras.

Ahora tocaba reponer fuerzas, aún nos quedaba un buen rato para hacer alguna foto interesante.


Emprendimos la vuelta con la luz de una media luna.

Ya cerca del coche, tomé la foto nocturna que íbamos buscando. Las estrellas nos indicaron el camino.

Os dejo con la canción que más estoy escuchando últimamente. Es una gozada a la guitarra.
http://www.youtube.com/watch?v=wFPPunMQbdU

sábado, 12 de febrero de 2011

Aire puro, sol y nieve

No tiene por qué ser forzosamente en ese orden, pero más o menos. Un par de bocadillos, algo para beber, las cámaras y ganas de subir a la montaña.

Nos gusta el sol, por qué negarlo, si además es el que da vida a la esfera ésta por la que nos movemos.

El paisaje es variado, tenemos pinos, abetos, pinsapos, roca y nieve. Todo en perfecta conjunción.

Se va viendo al fondo la montaña nevada. No llevamos material para andar por la nieve, pero sí un ansia infinita de tomar este aire frío, sin contaminación.

La tierra ya va escoltada por un manto de nieve. Hay que seguir el camino.

Al fondo está la montaña nevada. No podremos continuar, no vamos equipados y no debemos mojar los pies en agua de nieve.

De vuelta a casa aún podemos ver por el retrovisor una bonita montaña nevada.

Country roads take me home …

viernes, 4 de febrero de 2011

A volar

Es lo que nos va quedando como solución a esta puñetera realidad diaria, levantar el vuelo, no hay más. Menos mal que todavía es gratis el sol, la luz, el viento, el mar. A pesar de que vea una nube como una buena posibilidad para hacer una llamativa foto, no me gusta que me llueva encima algo que no sea agua, no quiero lluvia de problemas, de gastos innecesarios para mí y tan necesarios para otros. Hasta estoy pensando en dar de baja el teléfono, para que vayan a buscarme, en vez de exigir de inmediato que me presente en un lugar, haga esto o lo otro, solo porque sea muy fácil marcar un número de teléfono.

No van quedando sogas que me aten,

no va quedando dinero que me compre,

no hay persona que me obligue,

no hay tiempo que me sobre.


El viento frío en mi cara

o las gotas de una brava ola,

una noche de blanca luna

meciendo mi mente loca.

Órfilo.

http://www.youtube.com/watch?v=qn0trfcImiw