sábado, 29 de septiembre de 2012

La bajada de la Cruz de Juanar

A la izquierda se ve el camino por donde deberíamos regresar de nuevo. Estábamos a una considerable altura, a casi 1200 metros.


Quitando el primer tramo, donde unas rocas sirven casi de tobogán para pasarlo rápido.


Por ahora tenemos vistas al mar y a la montaña.


Luego volveríamos a los pinos.


La hamaca antes usada por Javi, ahora era utilizada por Maite como sillón.


Vaya, cabras montesas, aunque sea tras la valla que las refugia.


Ya dentro del bosque.


El tema de los helechos es algo fascinante.


No podía faltar el abejorro libando. No son fáciles de captar, porque son bastante rápidos en su quehacer y sus desplazamientos.


También está el tema de los castaños, con su agradecido color verde.


Fin del camino.


Algunos más a lo suyo que otros.


Después de una buena caminata, toca rehidratarse, unos con cerveza y el mozuelo con refresco.


Bañarse en esa piscina tiene que ser algo que se deje para muy verano.


El bar del Refugio de Juanar tiene su aquel.


Habrá que esperar a otro sábado sin agua para hacer la siguiente excursión.

Andando ... http://www.youtube.com/watch?v=BF61BPPBdsQ

martes, 25 de septiembre de 2012

Primera ascensión a la Cruz de Juanar

Unos bocadillos, refrescos, agua, cámara de fotos, y camino de Juanar. Ahora que se va yendo el tiempo de baños en la playa, hay que ir buscando la montaña, y mientras más alta, mejores vistas. Ni Javier, ni Maite habían estado en la Cruz de Juanar, arriba, así que les propuse esta bonita excursión para este pasado sábado.

Dejamos el coche cerca de la cancela, desde donde iniciamos el camino entre altos árboles a modo de guardia.


Éramos tres, cada uno a su ritmo. Yo el último, como siempre, haciendo las fotos que me parecían interesantes.


Javier llevaba cámara de fotos, usando a mamá como modelo, con la cima a subir, de fondo.


Pronto se llegaría al cruce que indica el camino a La Concha, que es el más bonito para subir a la Cruz.


Al inicio, entre castaños, olivos y alguna higuera, habían esparcidas estas flores.


Y entramos en el bosque encantado, con las copas de los árboles como techo, y los helechos como suelo.


He perdido la cuenta de los años que ando enamorado de este camino.


Antes de darnos cuenta, comenzamos a subir por la cara Norte, ganando altura muy rápidamente.


Hay quien se toma los descansos muy en serio.


Cuando se encuentra uno fuerte subiendo, la alegría te inunda el espíritu.


Como siempre estoy detrás de la cámara, de vez en cuando tengo que salir en alguna toma, para dejar testimonio de que yo también estuve ahí.


Llega un momento en que el camino se bifurca. A la derecha se sigue hacia La Concha, por la izquierda  se sigue camino de la Cruz.


Desde aquí ya puede verse las cimas del Lastonar, la más alta, y a la izquierda, La Concha.


Y llegamos arriba, en menos tiempo de lo que yo hubiese imaginado. Marbella parece pequeña desde allá arriba.


Con el uso del zoom pude acercar la ciudad, distinguiéndose perfectamente el edificio Mediterráneo, que cogiéndolo como punto de referencia nos muestra el resto.


La primera cima de importancia realizada por Javier, así que la foto era incuestionable.


Madre e hijo fueron retratados debidamente, por su meritoria subida.


Y mientras alguno, al fondo, daba cuenta del bocadillo, la madre me sirvió de modelo para esta bonita foto.


Esta mariposa se empeñó en acompañarnos durante nuestra estancia en la cima.


Como fotógrafo tengo más éxito que como modelo, pero había que salir también ahí arriba.


Habrá segunda parte, con la vuelta.

Están clavadas dos cruces ... http://www.youtube.com/watch?v=ixdUvIGLYxk&feature=related

lunes, 24 de septiembre de 2012

En bici al pueblo de mi padre y mi abuelo



Este pasado domingo hice una de las rutas ciclistas por donde entrena mi colega Miguel Ángel. En el plano aparece marcado en rojo el recorrido, con un total de 65 km por tierras de la Axarquía, y un prometedor perfil. Me hacía ilusión pasar por el pueblo que vio nacer a mi padre y a mi abuelo: La Viñuela.


Sobre las diez de la mañana iniciábamos bajo un sol de cara el entrenamiento, por la carretera costera que nos llevaría a Torre del Mar.


La tranquilidad de la carretera invita a moverse por la zona en bici, como hacían estas dos señoras.


En media hora entrábamos ya en Torre del Mar.


Desde ahí subiríamos camino de Vélez Málaga, donde un ciclista maduro compartió parte del camino con nosotros.


Ya mismo son las fiestas del pueblo, así que algunas calles ya tenían puestos los correspondientes farolillos.


Después cogíamos ya la carretera por donde iríamos ganando poco a poco altura. Lo bueno de estas zonas es que puedes ir charlando tranquilamente con el compañero.


Pronto pasábamos por Trapiche, en un constante pedalear.


Ya estábamos con las primeras rampas.


Como ahora llevaba la cámara Miguel Ángel y me iba enseñando el recorrido, comenzó a emplear su depurada técnica de fotografiar con la cámara mirando hacia atrás, para no quitar la vista de la carretera. Tiene su aquel, porque no se ve ni el encuadre, ni la luz que está entrando, pero bueno ...


Una buena rampa, de las que calientan las piernas.


En hora y cuarto estábamos ya en el cruce que lleva a Sedella y Canillas de aceituno.


Otra bonita curva pasada en subida.


Y llegó mi paso rodeando el pueblo de origen de mi padre: La Viñuela, por lo pequeño que es, seguro estoy de que algún Aranda, pariente, quedará por ahí.


Llevábamos un buen tramo de subida mantenida, aún quedaría después de la curva la derecha, que seguiría tensando los músculos de mis piernas.


Poco después de hora y media, llegaríamos al destino marcado, o sea, el cruce en T, donde siguiendo a la derecha se llega a Alcaucín, y si es por la izquierda, a Colmenar y Granada.


Justo ahí hay una pequeña ermita, en cuya puerta fotografié a Miguel Ángel.


A la vuelta no tuve más remedio que parar a llenar bidón en esta fuente, de la que manaba un chorro pequeño pero frío de agua.


Por el camino nos encontramos con este antiguo medio de transporte, que para tomarse la vida con más tranquilidad, es mucho más agradecido que el coche.


No sé cómo me las apaño, pero siempre que voy a pedalear con mi colega, la vuelta la hacemos con el viento en contra. El caso es que después de llegar a su casa, pegarme una buena ducha y dar buena cuenta de la comida, hice ciclismo, pero de otro modo: desde el sofá, viendo cómo Valverde conseguía el tercer puesto en el campeonato del mundo de ciclismo en carretera.

Gracias a Miguel Ángel y Montse por sus atenciones, buenas, como siempre.


No te digo no, pero tampoco que sí ... http://www.youtube.com/watch?v=dVdB97Pz_Ac