Como si de Forrest Gump se tratara, pero en versión ciclista, ayer salí a entrenar subiendo a Ojén.
Continué hasta el puerto. Éste es el último repecho.
Continué a buen ritmo.
Pasando Monda y llegando a Coín.
Y ya que estaba allí, pues seguí para Cártama. Este tramo es bastante peligroso por la estrechez de la carretera y el denso tráfico. El puente metálico sobre el río Fahala hizo que me bajara y sacara la cámara de fotos.
Pasé Cártama y llegué a su estación, cruzando por primera vez el Guadalhorce.
Girando a la izquierda se coge la carretera a Pizarra, pasando por la estación de Aljaima, ya que la vía del tren transcurre paralela a la carretera.
El viento empieza a molestar, pero los paisajes hacen el esfuerzo más llevadero.
Todo este tramo está lleno de fincas de naranjas y limones. En Pizarra llega la parada técnica para reponer fuerzas. Bocata de lomo adobado con tomate natural, tapa de paella y cerveza, que me dieron la vida. A la salida del pueblo se vuelve a cruzar el Guadalhorce, esta vez sobre un increíble antiguo puente, más alto que el de la vía del tren.
Poco después hay un cruce donde giré a la izquierda, buscando el definitivo que me llevaría a Casarabonela por una tranquila carretera en subida, donde el viento me dio una auténtica paliza.
Ya que había cogido altura, el tramo hasta Alozaina sería con tendencia a bajar, con algún que otro repecho para no enfriar las piernas. Aquí no se quita ya el plato grande.
Ya se divisa Alozaina, donde con unas golosinas de chocolate y un refresco de cola, seguiría el camino.
Los últimos 40 Km los conozco muy bien, sabía que en unas dos horas como máximo llegaría a casa. El paso por Guaro fue rápido y en Monda pararía para coger esta vista.
Ya solo quedaba un tramo de subida al puerto de Ojén y dejarme caer hasta Marbella.
El perfil de la etapa se corresponde con el de una larga atracción de montaña rusa, con constantes bajadas y subidas, de ésas que no dejan a las piernas indiferentes.
Salieron 116 Km de diversión y entrenamiento,
Wear my hat ...