En la salida el día se presentaba gris e incluso nos llegó a caer unas gotas de lluvia.
La motivación es algo que no nos falta nunca en la salida.
La salida y todo el recorrido fue multitudinario, casi dos minutos pasaron desde que se dio la salida hasta que pasamos nosotros por la pancarta y empezamos a correr. El km 1 lo hicimos juntos, a partir de ahí le dije a Maite que metiera el turbo y tirara, porque la veía fuerte y mi cuerpo necesita al menos media hora para entrar en régimen de crucero.
He corrido ya varias pruebas urbanas de 10 Km, pero ninguna con tantas cuestas como ésta. A partir del km 6 fue cuando empecé a encontrarme cómodo corriendo, poco después vendrían los últimos, de bajada; acelerando mucho el ritmo. No había pasado una hora desde que pasamos por la salida, cuando Maite llegaba a meta. Diez minutos después lo haría yo, con suficientes fuerzas como para esprintar en los últimos 200 metros.
Recogí la camiseta de regalo para los finalistas, bebí el vaso de Coca Cola que me ofrecieron y cogí una botella de agua. Habíamos terminado otra prueba más y lo celebramos haciéndonos una foto delante de la noria instalada en el puerto.
No habíamos echado la cámara de fotos, pero utilizaría el teléfono móvil para hacer unas cuantas fotos de camino al coche; siendo esta panorámica la favorita mía. (Si pincháis encima de la foto, se puede ver a tamaño grande, como el resto).
El centro es perfecto para echar un buen día de fotos, algo que tendríamos que dejar para otra mejor ocasión.
Aún quedaban ganas de guasa, a pesar de que las piernas se iban resintiendo del esfuerzo.
Bajamos al río.
Una utilidad que se le ha dado ha sido la de un circuito para practicar acrobacias con una bici.
Haría la última antes de regresar, con la promesa de volver con una buena cámara de fotos y hacer un reportaje acorde con la belleza de la ciudad.
Otra más al saco. Este próximo sábado correremos por la noche en Marbella una urbana solidaria de 7 Km, cuyo recorrido promete bastante.
Only girl ...
