Las olas son como la vida, que a veces nos pilla por sorpresa. Cada ola es única e irrepetible, tiene su personalidad, su tono, su altura, su energía. Esta última nos es transmitida, para bien o para mal; nos llevan a remolque.
Las olas rompen sobre mi cabeza una y otra vez, me llevan y me traen, me mecen y me hunden. Me dan la vida y también pueden quitármela.
A veces son como un muro alto, insalvable, que termina tragándolo todo, hasta el amor.
Llévame al puerto y al malecón ... http://www.youtube.com/watch?v=_gxFkY1t-fM
Me va a permitir que discrepe. El mar no puede tragarse la inmensidad de un amor verdadero. ¿Dónde está ese fin, o final de ese amor para tragárselo entero?. Ni el poderoso mar puede llegar a ver los límites del amor.
ResponderEliminarPreciosa canción. Un saludo, Sr romántico.