Último capítulo de la trilogía El Torcal. Estas son las fotos que me hicieron mis dos acompañantes. No soy tan fotogénico como ellos, pero sería injusto no mostrar su buen hacer con la cámara.
Tiene que ser ya costumbre eso de posar como un karateka, con los puños cerrados. En los bolsillos llevaba infinidad de cosas, no sé para qué llevo mochila, la verdad.
El chico pilló a su mamá y papá ocupados con sus correspondientes cámaras.
A uno también le gusta posar, como a cualquier otro turista.
En plena marcha.
Siguiendo el camino.
Y por supuesto, encima de la roca, que haya constancia.
Y se terminó el sendero. Fue un buen día.
Estuvimos llamando a las puertas del cielo ... http://www.youtube.com/watch?v=5_swaxOidGU&feature=related
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