lunes, 24 de septiembre de 2012
En bici al pueblo de mi padre y mi abuelo
Este pasado domingo hice una de las rutas ciclistas por donde entrena mi colega Miguel Ángel. En el plano aparece marcado en rojo el recorrido, con un total de 65 km por tierras de la Axarquía, y un prometedor perfil. Me hacía ilusión pasar por el pueblo que vio nacer a mi padre y a mi abuelo: La Viñuela.
Sobre las diez de la mañana iniciábamos bajo un sol de cara el entrenamiento, por la carretera costera que nos llevaría a Torre del Mar.
La tranquilidad de la carretera invita a moverse por la zona en bici, como hacían estas dos señoras.
En media hora entrábamos ya en Torre del Mar.
Desde ahí subiríamos camino de Vélez Málaga, donde un ciclista maduro compartió parte del camino con nosotros.
Ya mismo son las fiestas del pueblo, así que algunas calles ya tenían puestos los correspondientes farolillos.
Después cogíamos ya la carretera por donde iríamos ganando poco a poco altura. Lo bueno de estas zonas es que puedes ir charlando tranquilamente con el compañero.
Pronto pasábamos por Trapiche, en un constante pedalear.
Ya estábamos con las primeras rampas.
Como ahora llevaba la cámara Miguel Ángel y me iba enseñando el recorrido, comenzó a emplear su depurada técnica de fotografiar con la cámara mirando hacia atrás, para no quitar la vista de la carretera. Tiene su aquel, porque no se ve ni el encuadre, ni la luz que está entrando, pero bueno ...
Una buena rampa, de las que calientan las piernas.
En hora y cuarto estábamos ya en el cruce que lleva a Sedella y Canillas de aceituno.
Otra bonita curva pasada en subida.
Y llegó mi paso rodeando el pueblo de origen de mi padre: La Viñuela, por lo pequeño que es, seguro estoy de que algún Aranda, pariente, quedará por ahí.
Llevábamos un buen tramo de subida mantenida, aún quedaría después de la curva la derecha, que seguiría tensando los músculos de mis piernas.
Poco después de hora y media, llegaríamos al destino marcado, o sea, el cruce en T, donde siguiendo a la derecha se llega a Alcaucín, y si es por la izquierda, a Colmenar y Granada.
Justo ahí hay una pequeña ermita, en cuya puerta fotografié a Miguel Ángel.
A la vuelta no tuve más remedio que parar a llenar bidón en esta fuente, de la que manaba un chorro pequeño pero frío de agua.
Por el camino nos encontramos con este antiguo medio de transporte, que para tomarse la vida con más tranquilidad, es mucho más agradecido que el coche.
No sé cómo me las apaño, pero siempre que voy a pedalear con mi colega, la vuelta la hacemos con el viento en contra. El caso es que después de llegar a su casa, pegarme una buena ducha y dar buena cuenta de la comida, hice ciclismo, pero de otro modo: desde el sofá, viendo cómo Valverde conseguía el tercer puesto en el campeonato del mundo de ciclismo en carretera.
Gracias a Miguel Ángel y Montse por sus atenciones, buenas, como siempre.
No te digo no, pero tampoco que sí ... http://www.youtube.com/watch?v=dVdB97Pz_Ac
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Pedazo reportaje Órfilo. Esta guay ver el pueblo desde el punto de vista del ciclista :-)
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