Un paseo en solitario por los alrededores del parador de Juanar, cuyo acceso ya es un paraje boscoso de gran belleza.
Cuando me apetece entrenar algo de montaña o simplemente relajarme, cojo el camino que se inicia al Oeste del parador. Por la tarde no es difícil encontrarse al sol entre los árboles, asomando tímidamente.
Las copas agotan el espacio cedido por el cielo.
Los castaños no son escasos en las cercanías.
Ya mismo saldrán de su traje de espinas, ofreciendo uno de los mejores manjares del otoño.
Casi siempre las escucho, pero se esfuman corriendo monte arriba, camufladas entre rocas, árboles y maleza.
Montaña arriba hay un gran pino inclinándose hacia el camino, mirando al Sur, tal vez buscando el calor.
Cuando estoy arriba, contemplo desde mi soledad la costa, sintiéndome por encima de todo lo que pueda preocuparme.
No sé cómo, peo siempre termino siguiendo al sol antes de que nos abandone.
Tras respirar de forma pausada todo el aire limpio capaz de colmar mis pulmones, inicio el angosto camino hacia el lugar donde habita el grupo.
The memory of the trees ... http://www.youtube.com/watch?v=KIpt_BIrIzM&feature=fvst
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