Sobre las cinco de la mañana me despertaba molesto. Salí del dormitorio y al volver a entrar me pegó un fuerte olor a monte quemado. La ventana estaba abierta. Entonces caí en la cuenta de que habían dicho que había un incendio. Cerré la ventana y ya no volví a dormir.
Me levanté de la cama, cogí la cámara de fotos, esperé a que hubiese más luz para salir a ver con mis propios ojos hasta dónde llegaba aquello que estaban dando por las noticias. Decidí subir en moto hasta las antenas ubicadas en Los Altos de Marbella, desde donde divisaría toda la costa y la zona de Ojén. Solo empezar a subir ya veía toda La Concha tapada por humo.
Al llegar al puente que cruza la autopista, mirando al Este se veían los tonos del humo mezclados con el sol y las nubes.
Nada más llegar arriba pude ver cómo Ojén andaba envuelta en una cortina de humo con todo quemado a su alrededor.
Cuando metí zoom, pude ver al pueblo rodeado de monte quemado por los cuatro costados. No sé cómo han podido salvarlo, bueno, sí, con un grandísimo esfuerzo por parte de todos los cuerpos intervinientes.
Humo por todas partes, todo arrasado.
Los helicópteros no paraban de aportar agua.
Cerca de las urbanizaciones de Marbella también había quemado. A estas alturas no sé si aún habrá peligro de que el fuego llegue hasta el mismísimo casco urbano.
Estos pilotos se la juegan. Observad lo que es un avión en medio de la inmensidad del humo.
Esta foto está hecha desde el monte, sirve para hacerse una idea en horizontal de la trayectoria de los aviones para cargar agua del mar.
Después de mirar dónde reponían los depósitos de agua, bajé hasta la playa que hay debajo del hospital. Aquello estaba lleno de gente paseando o tomando el sol, mientras los pilotos seguían trabajando a toda velocidad.
No era yo el único con una cámara de fotos en mano, intentando captar las maniobras ajustadas de los aviones.
Pasaban con tanta precisión sobre nosotros, que era fácil sacar un montón de fotos.
Cogían rápidamente altura.
Y después, envueltos entre nubes y humo, de nuevo hacia el monte.
Los helicópteros bajaban a la altura de río Real, donde supongo que en algún lago llenarían sus bolsas.
Desde la playa podría parecer que se trataba de un día más.
Pero no, a pesar de haber gente tomando el sol y paseando, hoy no ha sido un día normal.
Hay pocas veces en las que no he disfrutado haciendo fotos, hoy ha sido uno de esos días, en el que he salido para dar a conocer a los demás lo que ha ocurrido, con mucha pena viendo cómo toda la vida que me rodea se estaba calcinando.
La quinta de Bethoven es la que pongo en estos momentos. http://www.youtube.com/watch?v=ivvn04Zdxt4
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Desde luego que la música empasta conesta terrible situación. Gracias por hacerte eco de este desastre.
ResponderEliminar