El primer paso ya me entretuvo lo suficiente como para pasar minutos encuadrando la foto deseada: una salida del estancamiento, que me lleve a respirar.
Sabiendo que aguas arriba está la presa, me sorprendió la alegría con que venía el río.
Una vez arriba, la vista es majestuosa.
Un cormorán me dio la bienvenida.
Y me permitió componer una foto con tonos verdes contrastando con su lejano vuelo.
La caseta de control ayuda con su reflejo en el espejo que forma la superficie del agua.
Excedentes que irán al mar para continuar el ciclo.
Salto al vacío sin posibilidad de volver a subir.
Please, please, tell me you know ...
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