El sendero estaba un poco embarrado.
También tiene su parte buena eso de los charcos, porque nos permite jugar a los espejos.
La Concha entre nubes la teníamos como referencia a nuestra derecha.
Un poco de juego corriendo con los bastones, para romper la monotonía del paso a paso.
Curiosa imagen donde comparten la flor dos abejas.
Subimos una pequeña colina desde donde dominábamos el pantano. Mi compañero disfrutó de lo que veía.
Aquí tenemos por un lado a la presa La Concepción, y arriba asoma La Concha.
Y aquí está el mago capaz de desaguar el agua del pantano a través de su cuerpo.
Y por si fuera poco, controla la Naturaleza.
Y llegamos a nuestro mirador particular, donde una gran piedra hizo la labor de banco.
Unas galletitas para coger un poco de fuerzas.
Otra vez comenzaba a llover.
Lo cierto es que impresiona el chorro de agua que sale a través de una de las compuertas de la presa.
Recolecta de pequeñas flores para mamá.
Es capaz de abrir el cielo.
Un puente de la autopista, salvando río Verde.
Mi compañero esperó pacientemente a que yo trabajara con la cámara.
Un poco de juego entre piedras y charcos.
Se iba yendo el sol entre las nubes.
Un magnífico entrenamiento en la mejor compañía.
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