En casa es Teresa, para sus amigos, Tere. El caso es que mi hija me encantaba de niña, y ahora de mayor veo que sabe moverse por el mundo; aunque me hubiese gustado que hubiese seguido estudiando, en vez de ponerse a trabajar tan joven. Mi consuelo es que es una buena trabajadora, valorada por sus compañeros, algo tan importante en este mundo. Y cae bien, en eso sí que nos parecemos, tenemos un buen don de gentes.
Bueno, el caso es que el domingo pasado nos fuimos a comer juntos, lo decidí así, sobre la marcha. En plan colegas, hartándonos de reír.
Y luego nos fuimos a tomar un cóctel y hasta echamos unas partidas al billar. Total, que echamos una buena tarde los dos solos. Algo bueno tiene que tener esto de que se te vayan poniendo los hijos mayores.
Una bonita foto para el recuerdo.
De bebé se quedaba dormida encima de mi barrigota, con la cabeza sobre mi pecho, se acomodaba como si fuera una ranita, así que esta canción le va bien a esta nueva entrada.
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