viernes, 2 de septiembre de 2016

Segundo día en Toledo.

Empezaba el día de mi cumpleaños con una carrera alrededor del casco histórico de la ciudad, luego vendría la visita al barrio judío, a pie; mientras otros visitantes prefieren el pequeño tren para recorrer la ciudad.


El acceso por la puerta de Cambrón, que aún conserva las grandes hojas originales, chapadas.


A la derecha se encuentra el taller de un artesano, con el que estuvimos hablando un buen rato, ya que había estado viviendo una temporada en nuestra costa.


Siguiente visita: Monasterio de San Juan de Los Reyes, con su claustro bajo.


El claustro alto.


El jardín interior, con el pozo en el centro.


El estilo es gótico castellano. Lo mandaron construir los Reyes Católicos, tiene una preciosa iglesia.


Llama especial atención la luz del interior.


Al fondo, ocupando un espacio en penumbra.


Mártires franciscanos de Castilla.


Hicimos fotos desde todos los ángulos.


Pasamos a la sinagoga, una sala diáfana de pilares y arcos; aquí vistos a través de la cámara de un teléfono móvil de una de las visitantes en aquel momento.


Detalle de una parte del techo.


El turista hace malabarismos, cargado de bolso, botella de agua, gafas de sol y todo lo necesario para pasar un día visitando la ciudad.


De nuevo a la calle, en busca de la siguiente visita cultural; siempre por nuestra cuenta, improvisando.


Puerta del museo de El Greco.


Está ubicado en una antigua casa cerca de donde se supone vivió el famoso pintor.


Es recomendable ver el audiovisual que ponen repetidamente.


La sala principal, con hermosos cuadros.


El día se va haciendo largo para algunos.


Va cayendo el sol.


Quedó un atardecer impresionante para despedir mi día.


Esta ciudad es un capricho.