jueves, 29 de julio de 2010

25 años de profesión

Coincidiendo con el día de la Virgen del Carmen se celebró el de la profesión de ingeniero técnico industrial en Málaga. El lugar donde tuvo lugar es de una belleza inigualable: la finca de La Concepción. Allí nos reunimos muchos compañeros, veteranos de mil batallas entre cables, tuberías, estructuras, a los que querían reconocer la labor ejercida durante un cuarto de siglo para unos, y medio siglo para otros.

En todos estos años he podido aprender muchas cosas, unas acerca de la profesión y otras sobre la vida; ambas han cultivado una personalidad a veces difícil de entender. También puedo decir que he sido lo suficientemente afortunado como para poder elegir lo que he querido en todo momento, tomando decisiones de ésas que te llevan a no ganar dinero, pero sí a una vida libre.

Como compañeros de profesión han habido dos personas con las que he compartido más años trabajando codo con codo. En primer lugar mencionaré a Miguel, compañeros de universidad, después en la misma empresa de instalaciones eléctricas, para terminar como socios de un Estudio de ingeniería que se montó con toda la ilusión del mundo y que la crisis ha castigado de mala manera.

La otra persona entró a trabajar conmigo recién salidito de la Escuela de Ingenieros Técnicos Industriales, y ya lleva once años luchando a mi lado, en esta dura profesión, convirtiéndose en un compañero de igual a igual. La amistad va mucho más allá del trabajo, compartiendo la pasión por el deporte. Hablo de Raúl.

Fue una bonita noche compartida con muchas personas que han ocupado un lugar en mi vida, durante diferentes períodos.

Son aquellas pequeñas cosas …

martes, 20 de julio de 2010

Subida a La Concha. Capítulo III

Empieza la primera claridad del día y con ella los karatekas abandonan los sacos de dormir. No hay que perder mucho tiempo, porque el sol, mientras más le dejemos subir, más nos castigará a la vuelta.

En el capítulo anterior dejamos a Chacón grabando el ocaso, ahora le vemos tomando nota de las primeras luces sobre Marbella.

Si alguien después de ver la siguiente foto no le apetece subir el año que viene, no tiene conciencia de lo que es la belleza.

La luna por el Oeste, enfrentada al sol, toma nota sobre cómo los karatekas aligeran recogiendo cada uno sus pertenencias.

Nuestros amigos Miguel Ángel y Rosa recogen su nidito de amor con el temprano sol como testigo.

Bueno, ya está todo recogidito y limpio, tal y como nos lo encontramos al llegar, ahora el maestro de ceremonias, el más veterano, Bauti, dirigirá el saludo al sol con el kata Heian Shodan, cuya ejecución sobre un terreno pedregoso e irregular hace que la concentración esté en lo más alto de nuestras cabezas. La foto es por gentileza de mi amigo Adolfo Reque, ya que servidor estaba concentrado en el kata.

Y ahora empieza de verdad la jornada matutina con la visita a La Concha, despertando bien todos los sentidos para no salir rodando por ninguno de los acantilados.

En un rato estamos en el cruce que puede llevar al que quiera hasta Istán. La indicación la tenéis a la derecha.

La cresta que seguimos invita a observar las mejoras vistas al mismo tiempo que no se pierde de vista los apoyos. El terreno no es apto para patosos.

El colega Chacón no duda en servirme de modelo para que se aprecie este cortado. Un traspié supone aquí la liberación de la hipoteca, la mujer y los hijos.

Ya hemos llegado a La Concha, el mejor mirador de la Costa del Sol. Aquí mi primo se vuelve para dejar constancia de que sí estuvo allí. El sempai Adolfo mira hacia la costa en uno de los momentos de relajación de los que se goza en esta aventura karateka.

El amigo Bauti parece estar sentado tranquilamente en el salón de casa, teléfono en mano, con toda la costa a sus pies.

Bueno, hay algo que mucha gente no sabe. Los karatekas del Zen que han logrado subir en el escalafón de colores o danes, tiene que ratificar su entrega en la cima de La Concha. Para nosotros es un gran honor, y Bauti sigue siendo el encargado de tan bonita y gratificante acción.

Servidor también goza de tal privilegio y, después de la ratificación de mi tercer dan, saludo a mis compañeros.

Hemos terminado las entregas, nos hemos hecho la foto de grupo y empezamos la vuelta al Lastonar con unas vistas preciosas del pantano.

Las mochilas las habíamos dejado en el Lastonar, así que tocaba recogerlas para seguir el camino de vuelta al Parador de Juanar.

Los amigos Rosa y Larry se disponen a bajar camino del Salto del Lobo, que a estas horas es un paraje sombrío.

Parecemos una hilera de hormiguitas ante la grandeza de la montaña. El paso es muy estrecho, toca ir en fila india prestando muchísima atención donde se pisa y con el máximo cuidado puesto en no volverse con la mochila puesta, lo que supondría un auto empujón involuntario al vacío.

Ya hemos pasado la peor zona. Ha habido una reagrupación en una zona muy próxima a la cima de la Cruz de Juanar. Decido no parar, ya que llevo buenas sensaciones y no quiero sorpresas de última hora con una rodilla o mi tobillo izquierdo; me acompaña el médico de la expedición, mi amigo Adolfo.

Ya estamos dentro del bosque, ahora todo es caminar por una vía ancha entre árboles altos y verdes matas.

En la vuelta coincidíamos con otros montañeros, que no podían dejar de preguntar por nuestro origen y el por qué de nuestros ropajes.

En concreto, me hice una foto con estos amantes de las montañas, que por cierto no me han mandado la foto, como me prometió la chica que la hizo. Yo sí que los tengo aquí, por si alguna vez visitaran este bloc.

Y … detallazo de José Salazar, compañero karateka que no nos acompañó en la expedición pero que sí se acordó de llevarnos bebidas refrescantes al final de la etapa. Compañerismo al límite.

Os acordáis de que algunos empezamos con una cerveza en la mano, pues aquí servidor terminó la excursión de este año con otra buena cerveza bien fría, en compañía de los mejores amigos que uno pueda tener.

No sé si escribir el cuarto capítulo, corto, sobre mis pasos vistos por mis compañeros. Probablemente lo haga después de otra noticia que os daré en breve.

Like a bridge over troubled water ...
http://www.youtube.com/watch?v=jjNgn4r6SOA&feature=related

lunes, 12 de julio de 2010

Fiesta en casa de sensei

Y estuvimos en casa de sensei de celebración. Esta vez el motivo era su reciente boda con Isabel; así que nos reunió allí a muchos de los veteranos con las respectivas. Empezamos a llegar, ese día no llevaba cámara encima, solo el móvil, así que la calidad de mis fotos deja mucho que desear; el sensei me ha mandado unas pocas hechas con una compacta, pero reducidas de tamaño; con esto os digo que harán el apaño para el reportaje.

Muy pronto empezamos con las cervezas fresquitas, los chistes y las risas. Para quien no los conozca os presento a Pepe, Antonio Jesús, Bauti, Juan y Chacón.

En menos de lo que se esperaba se llenó el jardín de gente que no paraba de ir y volver de las mesas para equiparse de bebidas y buena comida. También se nos coló algún que otro niño guapo, los niños de los sempais, vamos.

¿Y a quién teníamos de cocinero en la barbacoa? Pues al mismísimo sensei, oiga, que les daba su punto a los choricitos, chuletitas y demás viandas.

En un momento y en un rincón se reunieron algunos de los más veteranos del Zen, como son Juan Villalba, Ramón, Jaime Bosh y Juan Antonio Manzanares.

La fiesta era lo suficientemente importante como para que asistiera el amigo Berny, siempre de viaje de trabajo por esos países lejanos. Aquí está con sensei, Bauti y Antonio Jesús.

Empieza lo bueno, señoras y señores, sensei coge la guitarra, monta micro, conecta ampli y empieza a cantar.

Los asistentes a la fiesta improvisaron un anfiteatro al aire libre para poder admirar al sensei en su faceta de cantante.

Cuando sensei soltó la guitarra y ya estábamos dando por hecho de que se acababa la música en vivo, Mari Chacón se arrancó por sevillanas con un Juan Villalba que acababa de rejuvenecer treinta años.

Era la noche de las sorpresas, Maribel, la mujer de Chacón, empezó a cantar de una forma espectacular, acompañada por el tocaor “El niño de la Jitte”

La puntilla final la dio Pepe de Gilmar, impresionando a todo el auditorio con un vozarrón muy similar al de Nino Bravo.

Total, que terminamos formando la de Dios. Fue una noche inolvidable para todos. Muchísimas gracias a los recién casados.

miércoles, 7 de julio de 2010

¿Hay algo más bonito que el amor?


El viernes pasado se casaba mi sensei Gustavo con su novia, Isabel. Sus caras lo decían todo, eran dos completos enamorados que querían dejar por escrito que se amaban.

Tuvieron el detalle de compartir con nosotros, sus discípulos y amigos karatekas, tan feliz acontecimiento. Para ello fuimos a hacernos unas fotos de familia, ellos de novios, nosotros con karategui.

He querido subir estas dos fotos en concreto porque son el vivo reflejo de un hombre y una mujer felices por el simple hecho de amarse. Para mí no puede haber nada más importante que el amor, el oficial o aquel que debe permanecer escondido por su incomprensible grandeza.

Enhorabuena, Gustavo e Isabel.

You´re wonderful tonight.

http://www.youtube.com/watch?v=vUSzL2leaFM

sábado, 3 de julio de 2010

Subida a La Concha. Capítulo II

Nos habíamos quedado preparando la cama al final del capítulo anterior. Ahora contaré cómo pasamos la noche. Pues bueno, una vez que ya hemos llegado todos y conocida la noticia de la sabia retirada del sempai Gustavo al no encontrarse en las condiciones óptimas ese día para la subida dura, reponemos fuerzas, cada uno ubicado en su sitio favorito. Para entonces ya tenemos colocada la bandera de España en su lugar, cual regimiento de karatekas.

Empieza a prepararse el bar más alto de la Costa del Sol, que en su primera ubicación, antes de que se haga noche completa, está en la zona Este de la cima, con vistas tremendas sobre la ciudad. Vamos haciendo acopio de mojito, güisqui, hielo picado, hierbabuena, limón, frutos secos, en fin, lo que cada uno haya querido subir este año para pasar un buen rato.

Está llegando uno de los momentos más esperados de cada subida, cuando comienza el ocaso, que en la cima de las montañas y en especial en ésta, es impresionante.

El atardecer es algo que solo se puede entender mirando al horizonte, como este sempai, que mira hacia una costa que le lleva a Gibraltar.

Los demás no tuvimos una despedida del día tan bonita como la de los compañeros Rosa y Miguel Ángel. La situación propiciaba estas muestras de enamoramiento del matrimonio.

Chacón no quería olvidar tan bonita puesta de sol, así que decidió subirse a la mejor zona, al filo del precipicio, para grabarla completa.

No acabábamos casi de despedir al sol, cuando una luna llena salía por el Este, dejando una bonita estela de color sobre el mar, al mismo tiempo que la ciudad se iba preparando para recibir a la noche. Ya se había producido la tradicional tanda de intercambio de destellos de luz con linternas entre la cima y la costa.

Cuando se cierra la noche, se abre el bar chill out, más centrado y protegido. El sempai Adolfo, después de la paliza que supone subir por la parte dura pendiente de los rezagados y del estado de salud de los valientes montañeros karatekas, decide despedirse de los más juerguistas para meterse en el saco. Este año echábamos especialmente en falta al colega Arturo, que tenía que cumplir con las labores de padre y estaba de celebración de cumpleaños del menor de sus dos hijos, Arturo jr.

Había hasta equipo de música, increíble pero cierto. Chacón triunfó con todo lo que se llevó, bueno, el licor de pera no había quien lo pidiera. Hasta velita había para animar el ambiente.

No os dejéis llevar por la carita de buenos de los elementos éstos de la foto. Tienen una guasa que no veas. Los chistes se sucedían uno tras otro, Chacón estaba sembrao después de unos vasitos de Coca Cola mezclada con otras cosillas que llevan eso que se usa para curar, a saber, alcohol. Mi primo Antonio Jesús tampoco se quedaba atrás en la juerga. Aquí vendría bien ahora la canción aquella de Serrat, “las malas compañías”.

A las once estaba servidor metido en el saco, pero me dieron las dos de la mañana llorando de risa nada más que de escuchar a los del bar, que no había forma de que callaran y quitaran la radio. La madre que los parió. No se puede tener mejor compañía. Ya que no podía dormirme, me entretuve haciendo alguna foto, sin levantarme, apoyando la cámara en el suelo, previo ajuste de los parámetros adecuados, claro. Estas eran las vistas desde mi apartamento.

A las cuatro de la mañana pegué un brinco del saco. Me estaba pegando una luz en plena cara y creí que eran los del bar deslumbrándome con alguna linterna. No eran ellos, no, había un silencio absoluto, con algún ruido de fondo de vez en cuando producido por los ronquidos de algún compañero. La luna se había situado justo enfrente de mí y me pegaba directamente en la cara. Poco después cogía de nuevo el sueño ligero, el único que consigo prender cuando subo allí arriba. A las seis y media había que ir pensando en levantarse, aún quedaba luna alejándose por el Oeste.

El capítulo III seguirá con el amanecer, el saludo al sol con el kata Heian Shodan, el camino a La Concha para la entrega de cinturones y el regreso de todos al parador de Juanar.