lunes, 27 de febrero de 2023

Chorreras del Balastar

 Hay una excursión bonita y no muy larga, una ruta de unos 2,9 Km, que parte desde el mismo pueblo denominado Faraján, en la serranía de Ronda. La ruta es la que muestro.


Para ir a Faraján desde la costa, se debe subir por la carretera de Ronda hasta la gasolinera llamada La Ventilla. Hay dos opciones, la que nosotros cogimos fue la más larga, pero con mejores vistas, que es la carretera MA-7304, que lleva directamente a Igualeja; la otra opción no es tan pintoresca, pero es más corta y rápida, la MA-7306 y MA-7303, que llevará directamente a Júzcar. Esta última fue la que cogimos a la vuelta.

Pasado Igualeja se va camino de Pujerra, pero antes de llegar al pueblo se puede coger el Camino de Pujerra, una carretera estrecha, muy poca transitada, desde la que se puede tener una vista del pueblo citado, tumbado sobre la montaña.


 Sin saberlo llegamos a la intersección del camino con el río Genal.


Pasamos el bonito pueblo de Júzcar, el llamado de los pitufos.


Y cuatro kilómetros después se llega a Faraján. Allí se puede comer en un bar que hay justo enfrente de donde empieza la ruta de las chorreras. Nosotros pudimos aparcar en la misma plaza del ayuntamiento. El pueblo no es muy grande, blanco, típico de la sierra. Después de alimentarnos, sin demorar mucho, porque ya se sabe que las tardes invernales de la sierra son muy frías, empezamos a bajar la empinada calle que desemboca en el bonito paisaje rural.



Si se gira la cabeza, se ve el pueblo que se va dejando atrás.


Por el camino nos encontramos a unas escandalosas ocas, que nos recibieron con sus estridentes regaños.


La tónica sigue siendo de bajada.


En un momento dado se llega al cartel donde se anuncia la alternativa de llegar al nacimiento del arroyo Balastar.


En la ruta son muchas las ocasiones en las que se encontrará la flor del almendro.



Y aquí está el nacimiento del Balastar.


De vuelta para seguir el camino a la Chorrera 1 se van divisando tres pueblos, que de izquierda a derecha podrían ser, si no me oriento mal, Algatocín, Benalauría y Benadalid, que por sus nombres se nota su procedencia de los tiempos en que los musulmanes poblaron la zona.


Y apareció el salto de la chorrera 1.


En el lugar hay ubicada una mesa con bancos de madera, bajo la sombra de un gran árbol, donde poder sentarse a contemplar el maravilloso paisaje.

¿Quién se resiste a fotografiarse en este entorno natural?


Hay que continuar sin demora el camino, pasando sobre la corriente de agua que sigue ladera abajo.


Viene una cuesta arriba muy pronunciada, antes de llegar al cruce de caminos que dará opción a bajar a Chorrera 2, o subir al pueblo.


Cartel indicativo de la bajada a la Chorrera 2, el de la izquierda; el de la derecha lleva al camino que llevamos ya recorrido.


Hay una cuesta muy pronunciada, que hay que bajar con mucho tiento si no se quiere llegar a la chorrera 2 antes de tiempo. 


Curioso lugar para establecerse, pista de petanca incluida; pude saludar al propietario, con sus rastas, su bandera jamaicana, aunque con acento más cercano a nuestros vecinos del otro lado de los Pirineos.


Chorrera 2, no tan espectacular como la 1, pero bastante interesante.


Un selfie con los tres senderistas.


El coche de Nacho fue a parar al arroyo, como era de esperar. Mucho tiempo tardó en averiguar si su coche también era capaz de navegar. Después del rescate del vehículo, tocaba subida prolongada hasta la plaza del pueblo.


El camino tiene preciosos rincones.


460 metros hasta Faraján, indicaba este cartel. Quedaba poco para cerrar el círculo.


No mucha distancia, pero sí bien empinada, con unas rampas imposibles, que hacían tener que agarrarse a la cuerda de ayuda.


Antes de entrar de nuevo al pueblo, se puede disfrutar de una vista preciosa, recuperando las respiración después del último esfuerzo.


Con todos los entretenimientos por el camino, con multitud de fotos, echamos un par de horas, A la vuelta tuvimos que hacer una parada obligada para visitar a los pitufos en Júzcar.


Para la vuelta a casa, cogimos la carretera más rápida, dejando Cartajima a la derecha y saliendo de nuevo a la carretera de Ronda para bajar a la costa.

Más que un sentimiento ...



lunes, 13 de febrero de 2023

Benahavís familiar

 No hago planes, casi nunca, porque luego salen o no, así que los domingos, el único día libre de la semana de mi esposa en su trabajo, decidimos sobre la marcha qué hacer. Como trabajo en casa, la mayor parte del tiempo, me pesa el techo y necesito salir a notar el aire, el sol, las nubes grises o lo que corresponda según haya amanecido el día. No es que esté sobrado de salud últimamente, con las defensas algo bajas no me escapo de ningún virus de invierno, pero igual que tengo que trabajar, también puedo salir a disfrutar. Ayer domingo tenía ganas de hijos, Teresa trabajaba, como siempre, así que llamé a Javi y le propuse irnos por ahí; se me ocurrió que visitar la presa del Guadalmina, en Benahavís, estaría bien.

En las fechas que estamos y con pocas lluvias, la presa no presenta un gran nivel de agua, máxime cuando es una presa de derivación para captar y transportar el agua al Embalse de la Concepción.


Hay un agradable y tranquilo paseo, que incluye pasar por encima de la presa.


De mi anterior visita recordaba una buena cantidad de agua. Esta vez no fue así.


En una finca cercana nos encontramos con dos yeguas que nos miraban con curiosidad. Esta se fue aproximando, pero no conseguimos que llegara hasta nosotros.

Hay un par de rutas que se pueden seguir. Paralela al río discurre una recomendada para observar libélulas en los meses que van de junio a septiembre. Ahora no vimos ninguna, pero sí que anduvimos por allí.


Hay carteles donde se informa sobre algunas especies de árboles y otras curiosidades de la zona. Está bastante interesante, la verdad. Hasta un antiguo horno de cal, a los que se llaman calera o calero, fue fotografiado por Javi. Yo fui leyendo cada cartel, no sé si mi memoria luego lo retendrá o no, pero en ese instante sí que me entero de lo que estoy viendo.


Me había levantado con tremendo dolor de cabeza, que necesitó de un gramo de paracetamol, aunque lo que realmente me alivió y me hizo olvidarme de cualquier dolor, fue ver el disfrute de mis compañeros.


El del chándal de Spiderman va pidiendo independencia y quiere ir por donde le da la gana; hay que estar pendiente de que no salga rodando por algún lado.


Y después de un buen rato caminando, quedaba reponer fuerzas. El restaurante lo eligió Javi, que por primera vez en mi vida lo vi dejarse algunas papas fritas en un plato. Así se llenó la barriga...


Nacho se ganó una piruleta, después de una buena panzá de comer.


No voy a hacer propaganda de ese sitio en exclusiva, porque hay muy buenos restaurantes en Benahavís; lo que sí digo es que nos costó a todos trabajo levantarnos de la mesa. Todo riquísimo, con unos platos bien llenos de comida bien cocinada.

Un paseo agradable hasta el coche, no sin antes asomarnos a un nuevo mirador, que impresiona por tratarse de una plataforma con el suelo de cristal sobre el abismo.


En esta instantánea de Zenia se puede apreciar mejor el entorno.


Eres tanto que no sé ni qué decir ...