domingo, 26 de enero de 2014

Nuestro segundo "Desafío La Capitana"


El pasado domingo 19 de enero participamos Maite y yo en el "II Desafío La Capitana", en el Rincón de la Victoria. Nos habían advertido que el recorrido de este año era más exigente que el del año pasado, en el que también estuvimos. Por eso nos habíamos estado entrenando a conciencia, corriendo con asiduidad, incluyendo circuitos con algunos kilómetros de subida ininterrumpida. En ocasiones tuvimos que salir de noche, acompañándonos Javier con su patinete.


La mañana de la prueba madrugamos mucho para llegar con tiempo de dejar a Javi en casa de Miguelange, y acercarnos al lugar donde recogeríamos nuestros correspondientes dorsales. Íbamos entrenados, pero no sabíamos qué nos encontraríamos por el camino, más que nada por el agua que había caído días antes. Fui el primero en hacerme una foto en la playa.


Durante la semana estaban dando lluvia, menos mal que amaneció un día despejado con unas pocas nubes blancas, que no amenazaban agua alguna. Teníamos ya ganas de empezar a correr.


En la salida nos encontramos con el amigo Antonio, compañero de fechorías por senderos y fiestas con los senderistas del Luna Llena. Aquí nos hicimos una foto los paisanos de Marbella, saliendo con nosotros nuestro querido amigo Arturo Reque, y Javi Lima, hermano este último de mi compañero de instituto y buen amigo, Carlos Lima. Mi amigo Paco Portero también participaba, pero no le vi por allí; Maite sí que le vio antes de la salida.


Maite y yo estrenábamos riñoneras. Ella una algo más grande, que probaba para irse acostumbrando, ya que es ideal para hacer los 101 Km. Yo llevaba una sencilla para meter geles y barritas energéticas, que tiene además un bidón de algo más de tres cuartos de litro.

Y se dio el pistoletazo de salida. La idea era la de correr los primeros kilómetros hasta llegar a la primera subida fuerte, donde tendríamos que ir en fila de a uno. Antonio es ya famoso por ir siempre con la bandera de España con el lema de "La Legión nos une"; es cañero como él sólo en la montaña; Maite iba a su lado, y yo detrás de ellos, al lado de mi amigo Arturo.


Y no nos habían engañado, no, el perfil era muy distinto al del año pasado, mucho más duro. Maite se escapó en una subida muy fuerte, ya camino de la cima de La Capitana. Al llegar arriba me hice una foto con el móvil para que se viera por dónde andábamos ya de altitud, habiendo salido desde la misma playa.


El viento era algo molesto, pero ni la mitad que el barro que nos fuimos encontrando en todas las cuestas. En la bajada de La Capitana avisté a Maite y ya nos fuimos juntos hasta la misma meta, corriendo en muchos de los tramos. Nos encontrábamos fuertes, en mucha mejor forma que el año pasado. De hecho ella fue quinta en su categoría. Por detrás nuestra todavía quedaban unas docenas de corredores de los que lograron terminar, ya que fueron más de 600 los inscritos, y terminamos 525. Estábamos felices por el resultado, a la par que cansados por la dura prueba.


Y aquí el perfil de la prueba. Subimos 1210 metros de desnivel, y bajamos otros tantos, en un recorrido de casi 21 Km. Una prueba rompe piernas, que pensamos seguir haciéndola, si seguimos teniendo esta buena salud.


Luego tuvimos la recompensa con esos magníficos anfitriones que son Miguelange y Montse, ofreciéndonos una comida estupenda, seguida de una buena sobremesa. Es lo que te daba la mili, un puñado de amigos incondicionales, además de otros valores que muchos de los chavales jóvenes no tienen la suerte de poder conocer.

De la organización de la prueba solo podemos hablar cosas buenas. Abundante fruta, agua y bebida isotónica en los puestos de avituallamiento, la bolsa de finisher con su correspondiente camiseta técnica, comida y otros detalles. Un gran día, y otro paso más para el entrenamiento de la prestigiosa prueba de La Legión, esos 101 Km por la serranía de Ronda.

Spinning ...


sábado, 11 de enero de 2014

El ya clásico baño depurador

Se ha ido el 2013, vivido como mejor he sabido, donde he conseguido nuevos retos. Había que despedirlo como llevo haciendo los últimos años, con un baño depurador en las frías aguas de nuestro mar, en la playa de siempre.

Me puse la sudadera de finalista de los 101 Km de La Legión, que me motiva mucho, y empecé a trotar por la orilla para ir entrando en calor, ya que en esta época del año el agua está fría.


Lo de quitarse la ropa, a pesar del día soleado, es un paso no muy agradable. Se le queda a uno cara de frío. Maite parecía más motivada que yo.


De los últimos que llegamos a la playa, Raúl fue el que se tiró primero.


No era yo el único fotógrafo que andaba por allí suelto, jeje.

A los hijos se les va inculcando la costumbre desde pequeño, aunque los míos este año no se han bañado. Aquí el de mi amigo Ñañi.


Maite ya estaba preparada para el baño entre los reflejos del sol.


Y se pegó el chapuzón. Yo aún no me había acostumbrado a tanto frío.


No había tiempo para contemplaciones, me tiré de inmediato.


Maite y Raúl cogieron las toallas para secarse lo antes posible.


La señora se sentó un rato al sol para entrar en calor.


Hubo amigos que este año no se bañaron, cada uno tenía sus motivos. Eso sí, las cámaras de fotos se las llevaron a la playa.


Aquí un padrazo, que no solo se bañó, sino que hasta se puso a limpiar los cacharros de sus hijos.


Y servidor terminó como empezó, corriendo por la orilla del mar, este mar que tenemos en un lugar privilegiado como es Marbella.


Todo esto un 31 de diciembre, limpiándonos de todo lo malo para entrar en el nuevo año como un recién nacido, con todo por hacer y todo por aprender.

Seguimos en el límite ...


sábado, 4 de enero de 2014

Andrés, otro cinturón negro en Luna LLena

Luna Llena lo forma un grupo de amigos amantes de las salidas a la montaña. Dentro del grupo estamos unos cuantos practicantes de karate, que coincidimos ya desde hace años en el gimnasio Zen de Marbella. Andrés es uno de estos últimos, y este pasado mes de diciembre se presentó al examen de cinturón negro. No puede haber examen sin ayudante, así que José María Chacón, veterano cinturón negro, fue quien ayudaría a Andrés. Nadie que haya ido de Tori (persona que ejecuta el ataque), no sabe la responsabilidad que ello conlleva, ya que un error suyo le cuesta el examen a su compañero.

El aspirante a cinturón negro de karate tiene que llevar un mínimo de años ejercitando su práctica, en concreto lo que sería el equivalente a una carrera universitaria, para optar a examen. En el gimnasio Zen, además, es obligatorio la preparación del examen durante al menos un año, y solo cuando sensei lo revisa y firma la autorización, el aspirante puede examinarse ante el Tribunal Nacional de Grados.

Andrés ha puesto todo su empeño y muchas horas de su tiempo libre en el entrenamiento de su examen. Y el pasado 21 se puso a prueba. A las 7,15 de la mañana me recogió, junto con Chacón, para irnos a Málaga, lugar de celebración del examen. Aparcamos y directos a tomar un buen desayuno, porque la mañana sería larga.


La parte teórica fue superada, ya se tenía el 50 por ciento. Todos los miembros de nuestro gimnasio habían aprobado. Ahora faltaban los combates, parte algo peligrosa ya que depende de los contrincantes que te toquen; unos dan más juego que otros para pasar el examen, y lo mejor es que te toque un experimentado karateka en el kumite. En ese intermedio nos fuimos a tomar algo a un bar cercano, saliendo a la calle todos vestidos de karateka.


Con estas pintas le pedimos a un turista que pasaba por allí, que nos hiciera esta foto. Os podéis imaginar la cara de este señor cuando nos vio con estas pintas, además cerca de un hospital. No podíamos parar de reír. Éramos chacón, Mariano y yo.


Vimos los combates, que con la nueva normativa estuvieron complicados. Y llegaron los resultados. Andrés ya era cinturón negro primer dan de karate. Una pena que un par de chavales no pasaran esta fase, para que hubiese sido pleno. Mi primo Antonio Jesús Merino, cinturón negro cuarto dan, y Miguel Jiménez, primer dan, se presentaban al examen de cinturón negro de Gochin, aprobando los dos, siendo los primeros en conseguir tal grado en la historia de nuestro gimnasio.


Las emociones están a flor de piel cuando se llega a ser cinturón negro. En esta foto aparecen de izquierda a derecha: Kike, Chacón, Andrés, Adolfo, Emilio y servidor. Emilio es el Delegado en Málaga de la Federación Andaluza de Karate. El resto somos compañeros del Zen, y Adolfo, además, es profesor y médico de la Federación. La alegría no podía ser negada por nuestras caras.


Y como manda la tradición, después de los exámenes toca comida de grupo, pagando los que han aprobado. Este año lo hicimos aquí en Marbella. Tuvieron que ponernos una mesa en L, donde el movimiento no cesaba.


Y llegó el momento más simpático de la jornada. Andrés le hizo entrega a su Tori Chacón, de un regalo que resultó estar envuelto en múltiples cajas. La cara de asombro del receptor no podía ser otra que ésta.


Ninguno sabíamos de qué podía tratarse. Al final la sorpresa fue mayúscula. Chacón es famoso por tener un libro de rutas de montaña, que cada vez que se lleva, terminamos perdidos. Así que Andrés no tuvo otra ocurrencia que agradecerle su ayuda en el examen con un regalo que consistió en un GPS Garmin para montañeros. Mejor regalo no le pudo haber hecho. Y aquí Tori y Uke, con sus sudaderas de finalistas en los 101 Km de La Legión.


Ahora hay que animar a Mariano para que siga con la práctica del karate y pueda llegar pronto al cinturón negro, Chacón al 2º dan, y servidor al 4º.

Y en estos momentos que escribo esta entrada, los karatekas del Luna LLena han conseguido plaza como marchadores en la prueba de los 101 Km de La Legión, así que ya tienen autopista para el infierno ...