viernes, 26 de abril de 2019

Contraluces del malecón

No hay muchas ocasiones de salir de aquí, este puesto de trabajo absorbe prácticamente todo el tiempo. Sí que cada atardecer es una obra de teatro con diferentes actores, y el escenario, el malecón, me pilla cerca.

En el corto quilómetro que me separa del malecón, encuentro aficionados al ajedrez, ajenos al bullicio de la calle y los coches.


Una joven madre huye con la bicicleta de su hijo, sorprendido por el osado fotógrafo que les apunta con su cámara.


¿Qué habrá al otro lado de la cortina?


Lo que podría representar echarle valor a esta carrera de obstáculos llamada vida.


El sol, ese protagonista del ocaso.


También es un juego para niños.


Agua y luz, qué mejor combinación.


Caminando la tarde.


La cámara del teléfono, ese añadido del que han nacido tantos nuevos fotógrafos.


Vamos a posar, por qué no.


Siempre hay alguien dispuesto a iniciar una fiesta en el malecón.


Padre e hija, del lejano Oriente, admirando la caída del sol habanero.


Estos son mis pequeños tesoros ...