sábado, 12 de septiembre de 2020

La Alpujarra en bici. Segunda etapa

 Nueva etapa, después de una noche de poco dormir. Saldrían 39 km con un desnivel positivo de 895 metros, según la APP Wikilok. La ruta y el perfil son los que se muestran a continuación.



Lo primero que tiene que hacer uno, antes de iniciar el pedaleo, es desayunar en condiciones. Repetí sitio en el bar El Limonero, de Órgiva; donde me prepararon un mollete tostado con mantequilla y mermelada, que me darían suficiente energía para afrontar unos buenos kilómetros de subidas.


El siguiente paso sería llenar de agua los bidones, usando el agua fresca de la fuente ubicada al lado de la iglesia.


Dos kilómetros bajando, atravesar el puente del río de Guadalfeo, llegar al cruce y girar a la izquierda camino de Torvizcón, con 15 Km por delante.


Toca subir por una carretera muy soleada desde donde se ve abajo Órgiva.


Desde que se coge el cruce, todo es subir.


Después de 5 Km de subida continua, se llega a un cruce que nos indica que aún quedan 10 Km de toboganes hasta Torbizcón.


Entrando ya en el Término Municipal de Torvizcón.


Llegando al pueblo, en bajada, nos encontramos a la izquierda un mirador dedicado al presentador de televisión, Juan y Medio.


Torvizcón es un pueblo pequeño, de casas blancas. Repuse agua en la gasolinera que hay en la misma entrada; también me tomé una lata de Aquarius y otra de refresco de naranja; las dos seguidas, una detrás de la otra. El sol no me perdonaba, e iba perdiendo mucho líquido. Para tomar las bebidas y rellenar los bidones, me acerqué a un pequeño parque con una fuente.


Otro tirón subiendo al sol del mediodía, hasta llegar a una fuente con una teja de donde salía un frío hilo de agua, con el que me di literalmente una ducha, usando las manos como un cuenco para recoger el escaso caudal.


Una ermita en honor a la Virgen de Fátima.



Lo que sería el último cruce a Cádiar.


La Trinchera, una bajada por mitad de un monte partido en dos, con una curva muy cerrada al fondo.


Y por fin a la entrada de Cádiar.


Al fondo, el pueblo. Yo seguiría por la carretera hasta llegar a mi destino: Hotel y restaurante La Ruta de la Alpujarra. Treinta euros la noche en un apartamento muy acogedor, y disfrutando de una excelente comida.


Solo tienes que decir sí.

domingo, 6 de septiembre de 2020

La Alpujarra en bici. Primera etapa

Durante cuatro días, con tres etapas en bicicleta y un día de descanso activo a pie, he estado recorriendo La Alpujarra granaína. El punto de partida fue Nerja, en su salida Este. Aquí está el recorrido de ese día, con final en Órgiva.

El perfil de esta etapa, fue el siguiente:

Salida camino de Maro, con Miguelange marcando el ritmo.


La carretera va pegada a los acantilados de la zona.


Una de las calas de la zona de Maro.

Entrada en la provincia de Granada.


Cuando nos encontramos el primer túnel, cogemos a la derecha la antigua carretera, que aparte de ser más segura para los ciclistas, tiene unas vistas preciosas, como esta de La Herradura.


Pasado Almuñécar, Miguelange se dio la vuelta, ya que tenía que acudir a su instituto por la tarde. Me había acompañado un buen tramo.

Pasado Almuñécar, tras ascender unos metros más, hay una preciosa vista de la costa Este, donde se puede ver sobre un monte la Torre de Enmedio, y al fondo, la playa de La Velilla.


De tobogán en tobogán, se llega a ver Salobreña entre la arboleda.


Salobreña, con su castillo, se ubica sobre una gran roca con vistas al Mediterráneo.


Después de descender un rato, se llega al cruce para la carretera de Granada, que habrá  que tomar con dirección a Vélez de Benaudalla, por una carretera que queda a la izquierda de la autovía; no sin antes llegar a una rotonda.


Hay varias gasolineras donde poder repostar agua y comer algo. La más grande está en una rotonda, a la derecha. Es fácil de reconocer, porque es grande su aparcamiento y suele haber camiones aparcados. La carretera por la que se va subiendo poco a poco hasta Vélez de Benaudalla, tiene un gran arcén con buen piso.


Pronto se empezará a ver agua abundante, proveniente de los alrededores del río Guadalfeo, que nos va quedando a la izquierda en este tramo.


Para este viaje he llevado una bolsa para tija, de 17 litros de capacidad; me la prestó Miguelange para que la probase yo, es de la marca Apidura, modelo Expedition Saddle Pack; es perfecta para hacer cicloturismo en época estival. En ella llevaba un maillot, un culote, dos camisetas, dos calzoncillos, unas bermudas, un chubasquero, una sudadera, cuatro pares de calcetines, un par de zapatillas de montaña, unos manguitos, una braga para cuello y una bolsa con geles, barritas energéticas, aerosol para el asma, lámpara frontal y cargador de móvil con dos entradas para usarlos también con el cable cargador del reloj GPS y la cámara de fotos. Con eso es más que suficiente, ya que de un día para otro se puede ir lavando la ropa que se ha usado.

En una pequeña bolsa cogida a la barra horizontal, llevaba una multiherramienta con tronchacadenas, llaves allen y destornilladores; una navaja pequeña multiusos con alicates, destornillador plano, otro de estrella, abrelatas; dos cámaras de repuesto, una caja de parches, dos eslabones de cadena y desmontables; y por supuesto la cartera con la documentación y el dinero. Faltó la crema solar.
Os aseguro que no hace falta más nada.

Y sin quitar el plato grande, se deja a la derecha el cruce de entrada a Vélez de Benaudalla.


Siguiendo por la misma carretera, llega un momento en que nos queda el río Guadalfeo a la derecha, apareciendo ya los primero signos del paisaje montañoso.


Pronto nos encontraremos con un letrero que nos indica que tenemos que desviarnos a la derecha para coger la ruta de La Alpujarra.


Tan solo pasar el puente sobre el río, se llega a un cruce, donde está perfectamente indicado el camino a seguir. Aquí hay que olvidarse ya del plato grande durante unos buenos kilómetros.


Entramos de lleno en las carreteras de montaña de la comarca. En poco se llegará a la presa de Rules, del tipo gravedad arqueada, con capacidad para 114 hm3, tiene 132 metros de altura sobre el cimiento. Se terminó de construir en el año 2004.


Su parte superior es accesible a pie, con unas impresionantes vistas.


La pendiente de la carretera se hace notar. Solo hay que mirar hacia atrás.


Si el sol está ese día castigador, habrá que ir descansando unos minutos para beber agua, hacer alguna foto parado y volver a los pedales, antes de que las piernas se enfríen.


La carretera, después de un tobogán, nos da un respiro hasta llegar al cruce que nos indicará que hay que girar a la izquierda para subir a Órgiva, atravesando de nuevo el río.


Los dos kilómetros de subida a Órgiva, se hacen eternos; pero una vez arriba, se terminó la primera etapa, con sus 72 Km.


Yo me quedé en el hotel Mirasol, cerca de la salida del pueblo. Treinta euros la habitación. Ducha, cambio de ropa y a cenar en el bar de al lado, con unos platos exquisitos; unas pocas de cervezas La Alcazaba, y a la cama. Acordaos de que con cada consumición, os ponen una tapa buena.

Estoy hecho un soldadito de hierro...