domingo, 19 de febrero de 2017

En bici por las Villanueva

Preciosa ruta cicloturista la que tuve ayer, acompañado por Miguelange y Juan.


El perfil fue del tipo habitual en nuestras salidas, con sus 1143 metros positivos y otros tantos en negativo. 62 Km.


Quedamos en Paneque, donde había una niebla impresionante a esas horas.


Con temperatura baja y tanta niebla, tocaba taparse, encender luces traseras y circular estos primeros kilómetros con mucha precaución.



Después de pasar por Salinas, llegamos a Villanueva de Tapia, dejándola a la derecha.


Llegamos al cruce que conduce a Villanueva de Algaidas, empezando la primera subida seria de la jornada. Son solo tres, pero intensos kilómetros.


Plato pequeño y piñón grande, porque todavía están las piernas entrando en calor.


En esta foto se aprecia la inclinación de la estrecha carretera.


Luego viene una bajada muy rápida hasta casi Villanueva de Algaidas.


Es aconsejable comer algo antes de empezar unos 7 kilómetros de subida con poco descanso, que se van haciendo duros.


De nuevo hubo que bajar, pasando por la estación de Archidona. Cuidado, porque aunque el paso a nivel es con barrera, las ruedas de la bici son finas y las vías pueden ser traicioneras.


En estos casos, yo prefiero controlar de pie sobre los pedales.


Algo más de bajada para afrontar otros 6,5 Km hasta Archidona, con algún descansillo de por medio. Aquí el amigo Juan entrando en la ciudad.


En este edificio está ubicado un instituto, en el que Juan estuvo de profesor durante dos años. La foto se la hice justo debajo del balcón donde tenía su despacho.


Me llevaron a conocer la plaza Ochavada. Donde hicimos una ligera parada cicloturista para la foto de recuerdo y echar yo el último trago de gel antes de afrontar los poco más de 15 Km que quedaban para terminar la etapa del día.


La salida del pueblo tiene una buena subida, pasando por delante del convento ubicado en la calle Nueva, llamado de Las Monjas Mínimas. Después de una bajada de algo menos de 2 Km, empiezan a sucederse subidas y bajadas, pasando por un centro penitenciario.


La siguiente carretera, una vez se pasa por debajo de la autovía, tiene un paisaje muy bonito, con campos verdes.


Después de un pronunciado tobogán, llegábamos a Villanueva del Trabuco, último pueblo por el que pasaríamos.


Quedaban 6 Km hasta regresar a Paneque, donde teníamos los coches. Los hice a rueda de Miguelange, a buen ritmo; me podían más las ganas de echar unas tapas, que el dolor de piernas que ya llevaba.

Termino con una bonita canción, de una chica que necesita de amplios espacios abiertos.

domingo, 5 de febrero de 2017

Acinipo 2017

Sábado 4 de febrero, carrera de Acinipo, con un recorrido bastante interesante.


Y el perfil de los 21 Km, tampoco se queda atrás.


A las siete y media salimos de Marbella, camino de Ronda, donde desayunamos antes de ir a recoger los dorsales. Allí empezamos a encontrarnos ya a los amigos. Aquí: Juan Andrés, Mauri, Diego, Órfilo, Maite y Chus.


Maite con Rosana y Chus.


Y cómo no, los miembros del C.D. Luna Llena que subimos para hacer la prueba: Maite, Luis, Órfilo, Mauri y Juan Andrés.


Mi mejor tiempo en un trail de esta distancia, era de 4 horas y 35 minutos, que lo conseguí en enero de 2014, en La Capitana. Mi primera idea para Acinipo, era bajar de por lo menos las 4 horas y 15 minutos, porque llevo ya un mes entrenando por montaña. Por todo éso, salí corriendo, siendo mi idea inicial la de correr en todo lo que no fueran fuertes subidas.


Hasta el km 4, donde se encontraba el primer puesto de avituallamiento, llevé un buen ritmo de carrera. Luego empezarían las cuestas de verdad, hasta el km 8 aproximadamente.


Después de una subida bestial por asfalto, aproveché este tobogán para ir dejando a algunos atrás.


Fui disfrutando del entorno, eso sí, sin aminorar en ningún momento el ritmo, pendiente del crono.


Detrás de cada curva aparecía otra escena única.


A punto de llegar a la hora y media de carrera, ya se había pasado la fuerte subida y tocaba una zona de toboganes.


En el km 9 estaba el segundo puesto de avituallamiento, donde llegaría tras una buena bajada, en un tramo donde nos fuimos cruzando con los primeros ciclistas de la prueba MTB.


Después del tercer avituallamiento, en el km 12, siempre en ligero ascenso hasta pasado el km 13, empezaba la bajada, mixta, por carriles de tierra y de hormigón.


Última bajada por tierra, que llevaría al último puesto de avituallamiento, que era el mismo que el del Km 4. Me di la vuelta para dejar pasar al ciclista, sacarlo en la foto y mostrar el terreno por el que bajaría corriendo todo lo que me permitían mis doloridas rodillas.


Ya pasado el último avituallamiento, había un tramo de carretera, que teníamos que compartir participantes con el resto de vehículos, incluidos los tractores.


Al final de la carretera, antes de volver a coger un carril de tierra, me tocó sufrir de nuevo, con terribles calambres en las piernas, pero sin disminuir en absoluto la marcha, porque iba camino de batir mi récord por muchos minutos.


Después de haber superado la última subida fuerte de tierra con barro, ya olía la meta, de ahí esta sonrisa abierta.


Empecé a correr como si me persiguieran y conseguí entrar en meta en 3 horas y 41 minutos. Había batido mi mejor marca en la distancia, en nada más y nada menos que 54 minutos. Recogí un par de obsequios, entré en el polideportivo y ahí estaban ya Maite y Chus, que habían conseguido terminar juntas en un tiempazo de 2 horas y 50 minutos. La una ya se había comido el bocadillo de jamón y la otra estaba liada con el suyo y la cerveza.


Me pedí un bocadillo de filetes de lomo, una lata de cerveza y, me quedé como nuevo. Y aquí los tres campeones que fuimos juntos: Chus, séptima en su categoría, Maite, cuarta, y servidor, octavo.


Y ahora, a seguir entrenando.