martes, 19 de agosto de 2014

De fiesta en una piscina

No sólo los niños son los que lo pasan de cine en una piscina de noche. El pasado sábado, en el cumpleaños de David Gil, un compañero del Forum Fotográfico, terminamos bañándonos después del festín que nos brindó el amigo.

Hubo quien tuvo que pedir ropa apropiada prestada, problemas de talla incluidos, para entrar al agua.


Una vez dentro, todo parece ya apacible, agradable, se relajan las facciones mostrando esa belleza mexicana en todo su esplendor.


Pero cuidado, puede haber algún cocodrilo acechando, con solo los ojillos fuera del agua, de la especie Elvira.


Tal jaleo se montó, que unos iban cabeza arriba y otros cabeza abajo.


El estado de ánimo no parecía ser el mismo para todos, unos armaban más jaleo que otros.


Raro hubiese sido que no terminara una chica a hombros.


A mí me tocó tragar agua, todo por hacerme un selfie con Mireya; misión casi imposible rodeado de amigos soltando agua a cubos.


Llegaron los momentos subacuáticos, en esta ocasión fue Mike.


Y hasta un primer plano del amigo.


David no tiene miedo a que le entre agua en los ojos, eso está demostrado.


Edu, después de su correspondiente baño, cogió butaca en primera línea.


Hubo hasta sesión de saltos. Aquí preparándome para uno de ellos, con cara de concentración o de preocupación por no llevarme a nadie por delante, jeje.


Andrew se dedicó a lo que se puede llamar fotografía aérea.


Ya de madrugada, los ánimos estaban más calmados.


Todo tiene su fin, aunque no lo queramos. Las risas duraron todo el tiempo; aquí emulando escena de peli romántica, chico protege a chica.


Siempre nos quedarán las fotografías ...


miércoles, 6 de agosto de 2014

De regreso, visita al mirador.

Después de una jornada de baños y risas en el Canalón de Istán, tomamos el camino de regreso al coche.


Maite podría pasar por turista extranjera, más que nada por la indumentaria empleada para la ocasión, unida a ese bonito pelo rubio.


Nos desplazamos al pueblo, aparcamos el coche y terminamos en la plaza tomándonos unas cervezas y unas raciones que nos supieron a gloria.


Ninguno de ellos había estado en el mirador del pantano, un sitio muy especial. Nos encaminamos con las mismas ganas de guasa que habíamos empezado. He aquí a dos bellas mujeres en lo mejor de la vida.


El lugar ayuda a olvidar todas las posibles tensiones que pueda uno llevar encima.


Y ésto era lo que Maite estaba viendo en ese preciso instante.


Por supuesto que Carmen también estaba a la tarea, tomando fotos desde diferentes ángulos, buscando esa toma que realce aún más la belleza del paraje.


Los fotógrafos intentamos rizar el rizo, el encuadre triangular con los brazos de mi amiga.


Cualquier camino puede conducir a la foto deseada.


Foto que luego hay que revisar, por si hay que repetir la toma.


No podía faltar un duelo, cámara contra cámara, la suerte estaba echada.

Mi disparo fue certero.


Y ella tampoco falló, desde luego. Me dio de lleno.


La vuelta a casa fue casi de noche, pensando ya en repetir otro día no muy lejano. Muchas gracias, Javi, Maite y Carmen, por hacer de ese día, un recuerdo muy entrañable. Os quiero.

Todo lo vimos a color, como con aquellas películas Kodachrome.