domingo, 29 de abril de 2018

Viñales I

Una jornada en Viñales, donde estuvimos viendo cómo se consigue un buen tabaco habano, desde que se planta la semilla, hasta que el tabaco está listo para fumar. Luego visitaríamos la cueva del Indio, un mural en una montaña y bellos paisajes. Esta entrada contemplará la primera parte de la jornada.

Teresa viendo el paisaje desde la ventanilla de la guagua.


Bici como medio de transporte por la autopista.


Una mujer cubana en el descanso del viaje. No la conozco, pero aproveché el retrato que se me brindaba.


Llegada a Viñales. El paraguas, también es sombrilla; no conozco otro lugar con mejor utilidad.


Uso del caballo en las zonas rurales.


Plantación de tabaco.


Secadero de tabaco.


Interior del secadero.


Hojas colgadas.


Gallo compartiendo con el tabaco.


Macondo.


Las partes de la planta del tabaco, cada hoja tiene sus propias características y uso.


Primeras nociones, antes de empezar a liar el tabaco. Esta familia no usa los nervios centrales de las hojas, donde se concentra la nicotina, y como pegamento usa miel.


Elaborando el tabaco, hasta la victoria siempre.


Hay que ir envolviendo las diferentes hojas, en este caso tres, cada una perteneciente a una zona de la planta. Una vez terminado de liar, hay que envolverlo en papel y dejarlo tres días antes de fumarlo, para que se vaya la humedad y coja consistencia el habano. El Ché mojaba la boquilla en miel, para que estuviera más suave, ya que todos sabemos que él era asmático, pero buen fumador de habanos. Por supuesto que mi hija Teresa y yo probamos el tabaco.



Una buena cubana sabe fumar tabaco, por supuesto.


La fortaleza de los bueyes.


Para que un día vuelvas.

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