lunes, 19 de marzo de 2012

Primer baño marino del 2012

Terminé el año bañándome en mi mar, pero entre lesiones y otras cuestiones, no había vuelto de nuevo a sus aguas. Este domingo fue el día propicio para tal fin, previo paso por la cálida arena.

Después de una sesión de fotos de insectos libadores y otros seres deambulantes, fui a dar un paseo con uno de los dueños de mi vida. Que empiece a abrirme camino es buena señal.

La corriente de Poniente nos trae el agua de El Estrecho, fría como ella sola. Solo el color azulado es suficiente como indicador de su gélida temperatura. Desde la orilla tenemos olas rompedoras.

Entre juegos y peleas con agua, salpicando padre a hijo y viceversa, terminamos chorreando.

Los saltos son inevitables para sortear esa ola que se empeña en pasarnos por encima.

Al final, terminan por vencer ellas. Nosotros solo podemos rendirnos ante su perseverancia, y aliviar nuestros ojos del escozor de la sal.

Así pasó un domingo más en la vida de este ser humano con aspiraciones a ser feliz.

2 comentarios:

  1. La felicidad no se busca, está en nuestras vidas, solo hay que saber deisfrutarla y no aspirar a lo que nunca fué

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  2. Es como si en la antepenúltima foto cayera encima de ti solamente una guerra de lluvia en pleno sol.

    Besos.

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