martes, 5 de julio de 2016

Primer trail de Javi

Tenía ganas de ver cómo mi hijo participaba en un trail, por lo que lo apunté en la Nocturna de Montejaque, que se celebró el pasado 18 de junio. Eran 23,5 Km por la sierra en una noche con la luna casi llena.


Coincidimos con el compañero de Luna Llena, Manuel, que también iba a participar en la prueba.


Poco  a poco llegaban los participantes, que iban recogiendo los dorsales, unos, y el resto se alimentaba para empezar la prueba con energías.


Preparados en la salida, con Javi muy serio. Entiendo que con 16 años recién cumplidos puedan asaltar algunas dudas, aunque después vi que él tenía muy claro que tenía que acabar y, por delante de su padre.


Se da la salida y nosotros ya habíamos hablado la estrategia; consistía en que Maite tirase para adelante en busca de una buena posición y yo me quedase con Javi para hacerla los dos en la modalidad de marcha.


Mi compañero cogió un palo y se puso a andar con zancada larga.


Yo, cómo no, haciendo un selfie.


Seguiríamos a paso rápido. Yo había hecho un cálculo de unas cinco horas y media, pero no fue así; Javi empezó a incrementar el paso después del último avituallamiento, pegando un tremendo sprint en los últimos trescientos metros, entrando por delante mía, en solo 5 horas y 9 minutos. Hasta Maite se sorprendió cuando escuchó por los altavoces el nombre de nuestro hijo entrando en meta. Ella había terminado la prueba en solo 3 horas y 24 minutos y, de no haberse entretenido con nosotros los primeros quilómetros, hubiese conseguido de nuevo subirse al podium.


Ahora sí estaba contento Javi, había conseguido el reto sobradamente, entrando detrás de él casi medio centenar de participantes. Por el camino tuvimos la oportunidad de disfrutar de un cielo estrellado, del canto de las ranas al paso por un río, hundirnos hasta los tobillos en un tramo y otras cosas más. Toda una aventura con final feliz.


Pocas veces tiene uno la oportunidad de comerse unas rebanadas de pan cateto con zurrapa de lomo en manteca a las tres de la madrugada. Eso fue lo que hice después de terminar. Ya cuando nos disponíamos a salir, vimos que Súper Paco acababa de terminar la carrera en la modalidad larga y no pudimos evitar la tentación de querer hacernos una foto con el casi octogenario corredor.


Las zapatillas necesitaron un buen lavado después. La medalla que nos dieron a los que terminamos la prueba, estaba realizada por los residentes de Asprodisis, por lo que su valor es muy alto.


Una prueba fantástica organizada por Mari Montes, que nos gustaría repetir en más ocasiones.

Test más que superado por mi hijo, del que me tengo que sentir orgulloso por su esfuerzo y tesón para terminar una prueba exigente por la distancia y un terreno a veces irregular, agravado por la nocturnidad.


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