lunes, 3 de junio de 2019

Penúltimo domingo

Todo llega, a su paso, en su momento. No hay mucho que hacer fuera un domingo en época de lluvias, cuando se tiene un bebé de pocas semanas. Sí salir a comprar cosas necesarias, o al menos tener un pretexto para dar un paseo y no permanecer todas las horas metidos en casa.

Un vecino, hambriento como tantos congéneres, en busca de algún regalo, sin temores, acercándose con un meloso ronroneo. Blanco y negro, como nuestras vidas.


Río Jaimanitas, con sus barcos humildes, como la profesión de sus ocupantes.


Canal de vida, de peces y mareas, de verdes esperanzas, de orgullosas palmeras guardando sus orillas.


Las nubes, esas vanidosas criaturas que gustan de verse reflejadas en las tímidas aguas.


Tormentas sobre Jaimanitas recuerdan que es la época de lluvias.


Los jóvenes pescadores no se dejan amedrantar por la amenaza de otras aguas sobre sus cabezas.


Después de cada lluvia, vuelve a salir el sol, quizás con más fuerza para crear un calor adicional con los vapores de la tierra. Y mientras tanto, el bebé a sus juegos, aquellos que nadie puede imaginar.


Ojalá que nos vaya bonito, a todos.


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