jueves, 6 de febrero de 2020

París III

Llegó el tercer día, después de una penosa noche con fiebre. No había ganas de nada, pero nos quedaba la visita al Louvre y a la torre Eiffel. Saqué fuerzas de donde no las había, desayunamos y nos fuimos caminando hasta el museo. Una vez dentro intenté disfrutar, según mis limitaciones, de lo que allí se cocía.


La Consagración. Fue pintado entre 1805 y 1808, por Jacques-Louis David, pintor oficial de Napoleón.


La Libertad guiando al pueblo, por Eugène Delacroix. Simboliza la revolución de 1830.


La Gioconda, retrato de Lisa Gherardini, pintada por Leonardo da Vinci, a principios del siglo XVI. También se conoce por La Mona Lisa, que significa Señora Lisa.


Ya no podía ni con mi alma, la visita se tenía que acabar antes de que me diera un desmayo allí. Mucha gente y mucho calor.


Salir de allí sin un souvenir, me parecía extraño. No gasté mucho, solo empleé ocho euros en un libro sobre el museo.


Cogimos el metro en la misma estación del museo, la Palais-Royal Musée du Louvre. Cuando salimos de nuevo a la superficie, estábamos al lado del Arco de Triunfo.


Con la aplicación que llevo en el móvil, nos dirigimos hacia la torre Eiffel. Conseguimos verla a lo lejos, no íbamos mal encaminados.


El Sena y la famosa torre.


No faltan turistas por los alrededores, a pesar del pésimo día que hacía.


No quería venirme sin dejar testimonio de mi visita.


Juré que en la primera estación de metro que viera, me metía. Así llegamos a la de Alma Marceau, y tras un transbordo, fuimos a parar a unos cien metros de nuestro hotel. No era esta estación de la foto, pero Javi salió bien el día anterior y aprovecho la toma.


Fuimos a almorzar a Comptoir de LÉurope, en 27 rue dÁthènes. Javi acertó mejor que yo con la elección de su plato, un tremendo filete de entrecot. Luego descansaríamos en el hotel hasta la hora en que nos recogieron para llevarnos al aeropuerto. Pasé el viaje temblando por la fiebre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario