miércoles, 14 de septiembre de 2022

PISCINA NATURAL DEL RÍO GUADIARO

 Este verano ha sido el de los ríos cercanos, haciendo varias excursiones a zonas del interior. Hace unas semanas supe de una piscina natural en el río Guadiaro, en la Estación de Jimera de Líbar; monté en el coche a Zenia, Javi y Nacho y nos fuimos primero a comer a Montejaque, donde le enseñé a mi esposa el museo lavadero donde antiguamente iban las mujeres del pueblo a lavar la ropa.


Bajando de Montejaque y, antes de llegar a Benaoján, se coge la carretera que nos llevará hasta la Estación de Jimera de Líbar. Aunque fuese domingo, no tuvimos problemas para aparcar. Hay un bonito paseo hasta el río.


El río está al otro lado de las vías del tren.


Hay que pasar por un túnel subterráneo.


Pronto se abrirá el terreno dando paso a unas fabulosas piscinas creadas con el curso natural del río Guadiaro.


Esta es la primera piscina.


Aguas arriba también se interrumpe el curso del río para crear una segunda piscina.


Los juegos con el agua no hay quien los evite.



Ante tanto jaleo, Nacho optó por sentarse a pensar sobre qué era todo ese espacio con el verde como color predominante.


A pesar de estar el agua fresca por la corriente y la configuración del lugar, es inevitable deslizarse sobre la verde lámina.


A ver quién no cae en la tentación de hacerse la foto de recuerdo, aunque la foto no sea muy buena.


Y se armó otra vez la guerra ...


Hay una vereda para dar un paseo e investigar sobre la flora y fauna del lugar.


Esta libélula la encontré medio camuflada entre los tonos ocres.


Cardo borriquero.


Rara la excursión sin la pose de mi cubana.


A una hora prudente dimos la vuelta.


¿Cómo sería por dentro esa casa?


Ya de vuelta se me ocurrió que sería una buena idea enseñarle a la caribeña, el entorno de la cueva del Gato. La llaman así porque en la roca se dibuja la figura del felino.


Antiguamente había un puente que volaba sobre el río, pero durante un temporal se vino abajo. Ahora se pasa el río por uno mucho más sencillo y menos espectacular.


La vía del tren se pasa por abajo.


A esa hora ya estaba cayendo la tarde y el nivel de carga de la batería de mi cámara de fotos. Aún así pudimos acercarnos para ver más de cerca la entrada a la cueva y las transparentes piscinas naturales que hay delante. A día de hoy hay una barrera que impide el acceso a la cueva, para impedir accidentes, ya que tiene una gran longitud y su travesía es solo apta para expertos.


De camino al coche nos encontramos con algunas cabras que iban ya de vuelta, como nosotros dábamos fin a un bonito día de domingo.


Y volvimos como unos peces de ciudad ...


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