lunes, 13 de febrero de 2023

Benahavís familiar

 No hago planes, casi nunca, porque luego salen o no, así que los domingos, el único día libre de la semana de mi esposa en su trabajo, decidimos sobre la marcha qué hacer. Como trabajo en casa, la mayor parte del tiempo, me pesa el techo y necesito salir a notar el aire, el sol, las nubes grises o lo que corresponda según haya amanecido el día. No es que esté sobrado de salud últimamente, con las defensas algo bajas no me escapo de ningún virus de invierno, pero igual que tengo que trabajar, también puedo salir a disfrutar. Ayer domingo tenía ganas de hijos, Teresa trabajaba, como siempre, así que llamé a Javi y le propuse irnos por ahí; se me ocurrió que visitar la presa del Guadalmina, en Benahavís, estaría bien.

En las fechas que estamos y con pocas lluvias, la presa no presenta un gran nivel de agua, máxime cuando es una presa de derivación para captar y transportar el agua al Embalse de la Concepción.


Hay un agradable y tranquilo paseo, que incluye pasar por encima de la presa.


De mi anterior visita recordaba una buena cantidad de agua. Esta vez no fue así.


En una finca cercana nos encontramos con dos yeguas que nos miraban con curiosidad. Esta se fue aproximando, pero no conseguimos que llegara hasta nosotros.

Hay un par de rutas que se pueden seguir. Paralela al río discurre una recomendada para observar libélulas en los meses que van de junio a septiembre. Ahora no vimos ninguna, pero sí que anduvimos por allí.


Hay carteles donde se informa sobre algunas especies de árboles y otras curiosidades de la zona. Está bastante interesante, la verdad. Hasta un antiguo horno de cal, a los que se llaman calera o calero, fue fotografiado por Javi. Yo fui leyendo cada cartel, no sé si mi memoria luego lo retendrá o no, pero en ese instante sí que me entero de lo que estoy viendo.


Me había levantado con tremendo dolor de cabeza, que necesitó de un gramo de paracetamol, aunque lo que realmente me alivió y me hizo olvidarme de cualquier dolor, fue ver el disfrute de mis compañeros.


El del chándal de Spiderman va pidiendo independencia y quiere ir por donde le da la gana; hay que estar pendiente de que no salga rodando por algún lado.


Y después de un buen rato caminando, quedaba reponer fuerzas. El restaurante lo eligió Javi, que por primera vez en mi vida lo vi dejarse algunas papas fritas en un plato. Así se llenó la barriga...


Nacho se ganó una piruleta, después de una buena panzá de comer.


No voy a hacer propaganda de ese sitio en exclusiva, porque hay muy buenos restaurantes en Benahavís; lo que sí digo es que nos costó a todos trabajo levantarnos de la mesa. Todo riquísimo, con unos platos bien llenos de comida bien cocinada.

Un paseo agradable hasta el coche, no sin antes asomarnos a un nuevo mirador, que impresiona por tratarse de una plataforma con el suelo de cristal sobre el abismo.


En esta instantánea de Zenia se puede apreciar mejor el entorno.


Eres tanto que no sé ni qué decir ...



No hay comentarios:

Publicar un comentario