domingo, 10 de noviembre de 2013

Paseo en la noche

Con las fotos pasa lo mismo que con la escritura, hay días en los que de pronto te entran ganas de coger la cámara e ir en busca de una foto que se te acaba de ocurrir. Y así fue cómo anoche eché cámara, trípode, cogí la moto y me fui en busca de las primeras luces de la noche. Lo único importante que olvidé fue algo más de ropa de abrigo, ya que pasaría muchísimo frío durante las dos horas que anduve abstraído con el arte.

La primera parada era la rotonda que hay al lado del paseo marítimo, bajando Puente Romano. Allí estaban ya algunos recogiendo la cámara con la que habían parado el ocaso. Yo llegaría a tiempo para coger el tono naranja compartido entre Gibraltar y Puerto Banús.


Luego llegaría la hora azul, ya iban subiendo los tiempos de exposición en la cámara e iba subiendo la humedad en mis huesos.


Se iban sucediendo los distintos encuadres a pie de orilla.


Hay un bosque pegado al paseo marítimo, que le da un tono especial al entorno.


El frío me hizo subir al paseo, desde donde sacaría esta preciosa curva iluminada.


La cabeza me juega malas pasadas, da ideas peligrosas para mi salud. Esta vez me decía de subir por la carretera de Istán en busca de alguna foto nocturna. Le hice caso, subí unos cuatro o cinco kilómetros, los necesarios para coger mucho frío en el pecho. El viento era fuerte en la ubicación que busqué.


Las nubes se iban paseando por la cresta de La Concha, y el paso de vehículos durante la exposición le dieron a la foto características mágicas.


Solo en la noche, pero disfrutando precisamente de éso, de la soledad.


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