viernes, 20 de diciembre de 2013

Nueve localidades en bici


Nuevo recorrido, muy recomendable para el que no lo conozca. Unos 63 km disfrutando de las dos ruedas, y ahora que ando más ligero de peso, más tiempo para contemplar los paisajes sin pensar en las rampas. El día elegido para tal entrenamiento fue el pasado 8 de diciembre, con mi amigo Miguelange.

Con las bicis montadas en el coche, aparcamos a la entrada de Torre del Mar. Preparamos los bártulos y empezamos a pedalear camino de Vélez Málaga, con muchas ganas por empezar a subir. Las primeras rampas empezarían llegando a Benamocarra.


La entrada al centro del pueblo está presidida por una cuesta al 11 por ciento de desnivel, así que hubo que empujar con fuerza los pedales hasta pasar por el colegio donde trabaja Montse, la mujer de Miguelange.


Seguiríamos subiendo el primer puerto de la jornada, dejando al lado Iznate.


Tras una larga rampa, apareció a nuestras espaldas la majestuosa cima de La Maroma.


Después de mucho subir y coronar, llegó la bajada a la costa, por una carretera muy sinuosa y pendiente, donde hubo que hacer trabajar de lo lindo a los frenos y los reflejos en cada una de las cerradas curvas.


Dejamos atrás Cajiz, Almayate Costa y de nuevo para Torre del Mar. En esta foto salen tres buenos medios para moverse: los patines, la bici y el autobús. Yo prefiero el segundo.


Y venga, a subir otra vez. Cruce de caminos ...


Solo 2 Km para entrar en Algarrobo.


Fuimos cogiendo altitud muy rápido, dejando de inmediato el pueblo a nuestra izquierda.


Iba molesto con la rodilla izquierda, puede que el frío en la bajada a la costa, le hiciera daño. El caso es que entre eso y la inclinación de algunos tramos, hizo que pegase algún que otro baile encima de la bici, poniéndome de pie.


Menos mal que el sol nos fue acompañando.


El trazado de la carretera es precioso para la práctica del ciclismo. Una pena que también sea usada por algunos automovilistas con demasiadas prisas para la estrechez del carril. Aquí otra de las curvas cerradas.


Y llegamos a Sayalonga. En esta imagen aparece su peculiar cementerio de construcción circular.


La foto de rigor de los dos "jóvenes" colegas, que siguen con las mismas ilusiones deportivas de cuando se conocieron con veintitantos.


Después nos dejaríamos caer hasta la costa, para llegar llaneando a buena marcha hasta Torre del Mar. Como siempre, ducha y magnífica comida acompañada por una buena botella de vino, en casa de Miguelange y Montse. No estuvo mal el perfil de la etapa.


Forever young.

Las fotos corrieron en esta ocasión a cargo de Miguelange.

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