domingo, 7 de junio de 2015

Último test


A dos semanas de mi mayor reto deportivo de los últimos años: terminar la Quebrantahuesos, 200 Km por los Pirineos en bici; tocaba hacer el último entrenamiento largo con los otros dos compañeros con los que subiré, Miguelange y Juan.

La noche del viernes la pasaría alojado en casa de Miguelange y Montse para ahorrarme una hora de madrugón; con todo y éso, estaba el sábado en pie antes de las seis de la mañana. Desayunamos y para Casabermeja, donde esperaba Juan. Antes de las ocho de la mañana ya dábamos pedales camino de Colmenar.


El sol lo llevaríamos de cara en el tramo inicial.


Muy pronto empezarían las primeras rampas fuertes camino de los Montes de Málaga.


Una bonita sierra se nos iba quedando en la lejanía.


Nos adentramos en los magníficos Montes de Málaga.


En el cruce de la venta Galwey nos tropezamos con una guapa ciclista. Teníamos un tramo de 20 Km por delante antes de llegar a Comares.


Un tramo de bajada hasta el puerto de la Bonilla, donde le pedí a Miguelange que me hiciera una foto, en honor del segundo apellido de mi abuelo paterno.


El resultado de la foto fue éste, ya serio, tal vez por lo concentrado que había estado en los 5 Km por carretera muy estrecha y muy pendiente, con las manos encima de las manetas de frenos.


Entrábamos en la comarca de la Axarquía.


Y antes de seguir por toboganes entre maravillosos paisajes, nos hicimos unas fotos los amigos.


Aquí Miguelange y Juan al contraluz.


Y a seguir subiendo, que era la tónica dominante de la ruta.


Esto es lo que se llama una curva de 180º Juan sube por la izquierda y yo por la derecha.


Las piernas ya estaban bien calentitas.


Por fin Comares, ya habíamos tenido que reponer agua en una fuente.


Bajada de infarto, increíble, con unas pendientes de vértigo, muy rápida; salimos a un cruce para seguir subiendo y, pummm, a Juan se le pincha la rueda delantera y se queda vacía en un instante. Toca cambiar la cámara, pero había otro problema más: no estaba muy en condiciones el fondo de llanta y hubo que quitarlo para colocarlo en condiciones.


Habíamos bajado a una altitud muy inferior a la que teníamos en la Bonilla. Otra vez a subir; carretera con 9 Km mirando hacia arriba, con mucho calor y agarrando el asfalto. En el Km 6 está Cútar.


En Almáchar llenamos bidones y empezamos a subir su muro: más de 4 Km con unas rampas de dos cifras y pendientes medias también de dos cifras.


Dos kilómetros antes de terminarlo tuve que echar pie al suelo, porque las pulsaciones se habían disparado, no me había echado el inhalador para el asma y decidí que a mi edad las machadas están ya de sobra, que hay que usar un poco el sentido común. De esta guisa iba ya.


Y tanto esfuerzo para bajar otra vez a la costa; eso sí, primero paramos en Benagalbón para reponer fuerzas pero de verdad, con una carrillada y un enorme flamenquín para los tres. Eso ya era otra cosa. Camino de el Palo, después de haber pasado por el Rincón de la Victoria.


Tocaba subir a Olías, otra vez pasar por el puerto de la Bonilla y llegar a Casabermeja, donde estaban los coches. Tras dos kilómetros de subida tomé la decisión firme de no continuar, me quedaban como unos 35 Km hasta Casabermeja, con muchísimas subidas, o unos 15 Km hasta casa de Miguelange en Chilches Costa. Lo vi clarísimo y me fui a casa de mi amigo. Allí lo esperé, después de un buen almuerzo que me dio Montse, su mujer, con un buen té incluido. Ellos se dieron una buena paliza; no obstante el perfil de mi etapa tampoco fue moco de pavo. Me salieron más de 100 Km de recorrido.


El día 20 estaremos los tres en Pirineos, allí entregaremos hasta el último resuello para llegar a meta en tiempo.

Esto del ciclismo es de gigantes ...

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