domingo, 12 de marzo de 2017

Esquí en Andorra (II)

Después de una buena clase por la mañana y haber comido, qué mejor que un buen café con leche, eso sí, previamente había que llegar esquiando hasta el bar. En la foto, de izquierda a derecha: Isabel, tapándose la cara, María, Rafa, Miguelange, Jorge y Wences.


La altura y la nieve me sirve de fuente de inspiración.


El jueves por la tarde nos fuimos de compras a Andorra la Vella, donde hay tiendas con curiosas decoraciones.


Este edificio, con sus luces destacadas, me llamó la atención.


Después de todo, la sombra es tu perenne compañera.


Momentos.


En grupo, se suma el placer de esquiar.


Los niños disfrutan especialmente con este deporte.


Miguelange en una bajada, esquiando con estilo.


Trazos en el cielo.


Nubes en las alturas.


Fotógrafo y un pequeño esquiador.


Un principiante sujeto por la percha.


Vuelo en suspensión.


Nuestra última cena la hicimos en un restaurante cercano, de un portugués. Comimos de maravilla y bebimos un buen vino del país vecino.


La vuelta no se me hizo tan larga como la ida. En Zaragoza llovía de lo lindo.


Las luces en la carretera.


Conseguí traerme un diploma de nivel avanzado. Esto significaba el reconocimiento a mi capacidad para bajar pistas rojas (difíciles).


Deseando que llegue un próximo futuro viaje de esquí a un paraíso como Andorra.


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