domingo, 27 de enero de 2019

Un día gris en La Habana

Un viernes, un día libre, pocos ánimos para quedarme en el hotel, así que la mejor opción, conociéndome, fue coger la cámara de fotos, un corta vientos y un paraguas, y echarme a la calle. Recorrí parte del malecón, para al final perderme por las calles de La Habana Vieja y fotografiar parte de su vida cotidiana.

Nada más salir al parque, aparte de los taxistas, está la oferta de los cocheros, con sus caballos atados a un trabajo cansino, monótono, turista obligado.


Bajar por un paseo con el suelo mojado, reflejos de viejos árboles y farolas de hierro forjado, testigos de apasionados amores, disputas y arte dominical.


El mar Caribe es tan bravo como vistoso, lucha contra la barrera que el hombre le puso, dando grandes saltos de altura considerable.


Y cubriendo a todo el que se atreva a desafiarlo.


La bahía habanera, el malecón, las rocas, los edificios bajo unas grises nubes amenazadoras, un azulado mar peleando sin cansancio.


Dos chicas marcan el paso, sincronizadas bajo sus vistosos chubasqueros.


En Cuba hay una serie de paraguas artísticos, que voy persiguiendo con mi cámara a la menor ocasión.


Si el tiempo no lo marcara un almanaque, no sabría dónde ni en qué momento me encuentro. Las cosas no mueren, se les da el uso que la moda intenta anular.


Tengo que hacerlo, tengo que recorrer parte del mundo en bicicleta, con solo lo necesario y una decente cámara de fotos. Hay que empezar por reparar esta destrozada rodilla. Lo demás llegará, seguro que sí.


Un gato a la puerta de una tienda de souvenirs. Uno de tantos que hay por la ciudad.


La hora de salida del colegio. Alegría en las calles.


Limpiar la fachada con agua a presión, siempre hay algo que hacer.


Tez morena, labios gruesos, largas piernas, pelo negro. Belleza caribeña.


Kempinski en La Habana.


Un cuadro cuadrado. El paseo da hambre y siempre hay alguien para ofrecerte el mejor paladar de la ciudad.


¿Una cerveza casera? En la esquina de la plaza Vieja.


Siempre hay vida en la calle. Una ciudad en permanente movimiento.


La vida llama a la vida.


Cuando tus ojos me miran ...


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