domingo, 13 de enero de 2013

Imágenes de un vírico fin de semana

Bueno, este fin de semana ha sido algo tristón, prácticamente lo he pasado en casa con mis virus, habiendo salido solo lo imprescindible para los paseos de Dana, mi perra. Lo que sí he hecho, para distraer a mi malestar, ha sido llevar conmigo mi mejor cámara, y sacar con ella esta docena de fotos que aquí expongo.

El inicio indicaba una playa solitaria, de invierno.


Más adelante comenzaba la vida en el espigón, con unos pescando, otro con la bici, o tomando el sol simplemente.


Cuando uno se encuentra mal, más apetece y envidia poder hacer deporte. El personal arreglando aparejos para salir a navegar, con un espléndido día.


Llegaba al paraíso, o eso parecía con la gente jugando un volley en modalidad fútbol, fotografiándose en una soleada playa.


Nunca falta alguien, valiente, que se atreve a pasear por la orilla.


Hay un tramo del paseo marítimo en el que está prohibido montar en bici. Este señor acata la orden y lo pasa con su bici en mano.


Llegamos al deseado arroyo de Dana, donde hay que soltarla un momento para que beba y busque piedras.


Una plaza alejada, con una bonita fuente.


Esta mañana solo he llegado hasta el puerto pesquero. Hoy me encuentro peor.


El cielo se porta a capricho suyo, dibujando nubes, como si de un escenario de teatro se tratara.


Esta imagen no me canso de sacarla: mar, barcos y montaña.


Hay una pequeña embarcación, que siempre está ahí, con su vaivén, sin que nadie le dedique la más mínima limpieza.


Hace calor.

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