lunes, 17 de febrero de 2014

Aprendiendo mecánica de bicis

Tuve la fortuna de que mi padre fuera y siga siendo un gran aficionado al ciclismo, así que nunca faltaron en casa las bicis. La primera bicicleta de carreras me llegó a los 16 años; fue una Torrox con platos de 52 y 42 dientes, y piñon de 5 coronas, desde 14 dientes hasta los 23 la más grande. Era más que suficiente para un peso ligero y muchas ganas de dar pedales. Fue él quien también me enseñó a regular el cambio, el desviador y a arreglar pinchazos. Unas décadas más tarde, me he decidido a aprovechar la oportunidad que ofrecen los amigos de la tienda Bike Station Marbella para hacer un curso de mecánica, donde poder aprender bastantes más cosas. Y en eso estuvimos el sábado por la tarde.

Me llevé mi bicicleta de montaña para que con ella se explicara el curso. La verdad es que estaba algo sucia desde la última salida.


Lo primero que se hizo fue enseñar a lavar la bici, por lo que Diego empezó a explicarnos la forma de hacerlo sin causarle daño a las partes móviles.


Se me veía feliz observando cómo iba apareciendo el color natural de los componentes, después de un buen jabonado y aclarado.


Empezaríamos luego a estudiar las diferentes partes que componen una bicicleta, con la debida atención.


 Curiosa participación de las chicas en el curso, lo que siempre es agradable, ya que no sólo se preocupan de darle a los pedales, sino que también están interesadas en la mecánica de sus bicis.


Ya llevábamos un buen rato viendo fundamentos elementales, tales como la manera de regular cambios y desviador, cómo se tienen que engrasar los cables y la manera de centrar los discos de freno entre las pastillas para no ocasionar roce. Tocaba recuperar fuerzas con una buena merienda. No faltó detalle.


Y de nuevo a la tarea. Atentas, estaban atentas Sonia y Rocío, los demás también, aunque no salgan en esta foto.


No me perdí ni un solo detalle de las explicaciones que daba el profesor. La foto está hecha con muy buena idea, se ve que la autora tiene imaginación.


Seguimos con la transmisión, que al fin y al cabo es de lo principal para poder avanzar cualquier vehículo.


Ayudando al maestro.


No puedo decir que no me lo estuviera pasando bien.


Hubo tiempo también para risas. Yo, concentrado en el encuadre, jeje.


Llegamos a un punto fundamental para mí, ya que me tocó una vez volverme a pie desde Guadalmina con la bicicleta, porque se rompió la cadena y no fui capaz de arreglarla. Aquí puse ya todos mis sentidos en los consejos del experto.


Estuve liado un buen rato hasta que conseguí sacar eslabones y volver a empalmar la cadena con soltura.


Para terminar, Javi y Andrés me estuvieron enseñando un buen truco para sacar el neumático con las manos, por si no hay desmontables.


Al final lo conseguí, pero me costó. Empleaba mucha fuerza y poca maña, y lo segundo siempre es más importante.


Bonito grupo el que nos reunimos para hacer el taller. Ya tengo nuevos amigos. Muchas gracias a Diego por sus clases magistrales, a Andrés por su ayuda y consejos, y al jefe, Javi García, por darnos la oportunidad y también desvelarnos algunos trucos como buen conocedor de la bici que es.


¿Os imagináis subir un puerto con esta música de fondo? A mí me daría una marcha impresionante.


Nota: Las fotos están realizadas por mí y por Beatriz Maté. La de grupo es obra de Javi García.

No hay comentarios:

Publicar un comentario