jueves, 10 de mayo de 2012

Estreno de Orbi

Ayer no podía ya más, así que a las siete me vestí de ciclista, cerramos la oficina y nos fuimos a entrenar, estrenando mi impecable Orbea Onix Master. Raúl propuso subir el puerto de Ojén por los Caracolillos para ver si con la bici nueva mejoraba mi ciclismo. Y tanto que ha mejorado.

Me subo y empiezo a estudiar sensaciones. La primera: las calas están adelantadas y voy con el pie izquierdo pedaleando casi de puntilla; hay que retrasar las calas. La postura que llevo es cómoda, la bici me va bien en cuanto a talla y reglajes. En eso voy pensando cuando empezamos a subir en serio, después de pasar el cruce de La Cañada. El ciclocomputador empieza ya a marcar porcentajes por encima del 6 por ciento, haciendo ese kilómetro más cerca del 8 por ciento que otra cosa. Hasta pasada la mina, no encuentro el primer respiro, que no es una cuesta abajo, sino una disminución de la pendiente, que permite coger algo de aire antes de quedarse fijo el indicador de porcentaje en 6 hasta llegar al desvío para Ojén, donde hay que subir a la carretera antigua, mediante una rampa que llega al 10 por ciento, para ir calentando piernas.

Empezamos a bajar, intercalando algún repecho hasta llegar a Ojén, donde le doy mi móvil a Raúl para que empiece con el reportaje fotográfico que inmortalice el estreno de Orbi, el nombre que le he dado a la máquina (no me he calentado mucho la cabeza, no). Se acerca la hora de la verdad y dejamos el pueblo atrás, por una carretera de poco tráfico y muy bonita. Todavía la subida es llevadera.


Con la mirada puesta siempre hacia adelante, vamos notando que pronto empezará lo bueno.


La gente siempre habla de la dureza de Los Caracolillos, por aquello de que tiene repechos del 10 por ciento, pero a mí me fastidia más las piernas el tramo de unos cientos de metros que hay justo antes de llegar a ellos, donde el porcentaje no baja del 8. Aquí es donde me digo -vamos pa´rriba-


Ya estoy dando curvas en herradura, ésas que tanto nos gusta a los ciclistas.


Todavía me quedan ganas de sonreír. Las sensaciones son muy buenas, voy subiendo cómodo, probablemente debido a la emoción del estreno y a la temperatura tan agradable que hace.


Cuando me quiero dar cuenta, ya he llegado al final del puerto. Tenemos los dos muchas ganas de bici todavía, pero se nos está echando la noche encima y hay que bajar a toda prisa. Es tiempo de probar el plato grande con el piñón más pequeño, así como la estabilidad en las curvas. La bici se agarra muy bien a la carretera, no hay problema en curvear por encima de los 60 Km/h. En la recta que desemboca en el cementerio hay que apretar frenos, porque vamos adelantando ya a los coches, y tampoco es plan de que nos tengan que multar por exceso de velocidad.


El miércoles que viene habrá que procurar variar el horario de la jornada de trabajo para poder salir un poco antes y llegar hasta el parador de Juanar, sin que se nos haga de noche a la vuelta.

Quiero darle las gracias públicamente a Raúl, por acompañarme, hacer de fotógrafo y animarme. Le deseo toda la suerte del mundo en su participación, este sábado, en la prueba ciclista de los 101 Km de la Legión de Ronda. También se lo deseo a mis colegas karatekas del Zen, que lo harán a pie.

Mi Orbi es ... simplemente irresistible http://www.youtube.com/watch?v=UrGw_cOgwa8&feature=related

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