martes, 15 de mayo de 2012

La noche en blanco

Este sábado pasado anduve arbitrando en Coín por la mañana. Al mediodía comí con Jose en la playa, y ya por la tarde nos fuimos a La Noche en Blanco, encontrando a todo el mundo echado a la calle. Una buena fiesta de la que había que tomar buena nota con la cámara de fotos, como hacía aquí mi amigo.


Apetecía callejear mientras nos dirigíamos al puerto, que no conocía yo con todos los cambios que se han hecho. Los mercados siempre son un buen motivo para fotografiar.


Afortunadamente para los amantes de la bicicleta, Málaga está preparada para lo convivencia de cualquier medio de transporte, e incluso está regulado con semáforos particulares para el carril bici.


La entrada al puerto es espectacular. Me agradó mucho lo que vi en cuanto a arquitectura. Las cosas bien hechas son agradecidas por los ciudadanos, aprovechándolas.


Las vistas son magníficas al caer la tarde sobre el puerto.


Y aquí parece estar el Muelle 1, del que tanto había oído hablar.


Ahora el destino era frente al anfiteatro, para ver un concierto de Santos de Goma. Teníamos que volver por el parque, no sin antes tomar nota de los bonitos jardines a la salida del puerto.


Teóricamente había prisa por llegar, pero vamos, que alguno paró para sacar fotos del ayuntamiento iluminado con cambios de colores para la ocasión.


Llegamos al lugar cuando estaban los músicos poniendo a tono sus instrumentos. Este veterano guitarrista, podría hacerse pasar fácilmente por el de los Rolling Stones.


Al poco, esta maravillosa chica anunciaba el inicio del concierto esperado.


El cantante estuvo entregado en todo momento de la actuación.


Hubo quien se dedicó a bailar, mientras alguien inmortalizaba el momento con el móvil.


Para el concierto ya habían llegado Jesús e Isa, con sus correspondientes cámaras. Una vez terminada la actuación, decidimos ir volviendo camino del parking, con mucha tranquilidad, haciendo las debidas pausas. Era asombroso ver tanta gente, incluso acompañadas con sus bicis.


Dimos con un bar cercano a la catedral, donde había casualmente una mesita libre. Preciosa vista la que encontramos.


Después de reponer fuerzas, solo quedaba la vuelta, no sin antes disfrutar del puente de los alemanes, adornado para la ocasión.


Una preciosa velada que terminamos allí a las dos de la mañana. Ya estoy esperando la próxima.

En este mundo raro, que a veces se complica ... http://www.youtube.com/watch?v=OQkVY-X80_g&ob=av2e

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