sábado, 23 de julio de 2011

Ante el ocaso


El atardecer hipnotiza, entre otras cosas porque dura más que el amanecer, donde el sol sube rápidamente quemándolo todo. Sin embargo cuando se va, lo hace de forma pausada, como la caricia lenta de un enamorado.

En el momento que capté esta foto, el muchacho escuchaba música a través de sus auriculares, con los pies colgando sobre más de cien metros de altura. Se abandonó mientras veía el sol caer.

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