domingo, 10 de julio de 2011

¡Qué calor y qué me pesa la panza!!!!

Jornada ciclista con Miguel Ángel, que ha tenido el detalle de venirse desde Chilches para acompañarme a dar pedales, pasar calor y hacerme fotos. Bueno, todo no han sido penas, que luego nos hemos puesto bien de espaguetis con tomate y atún, para recuperar.

Habíamos quedado por el camino. Yo saldría desde Ronda y arrancaríamos los dos camino del puerto de Montejaque. El día prometía calorcito, aunque todavía no era muy fuerte. Charlando un ratillo, cuando quisimos darnos cuenta ya íbamos camino de Grazalema.

Desde el cruce hay un par de kilómetros de buena cuesta, luego se convierte la cosa en continuos toboganes hasta el puerto de Los Alamillos.

Una vez arriba hay que bajar para terminar con un buen repecho hasta el pueblo. Nosotros nos hemos quedado en la fuente romana que hay justo al inicio. Ahí he llenado los dos bidones y hemos repuesto energía, yo con una barrita energética y él a la antigua usanza, con un plátano. La pinta que tengo en esta foto hace que parezca más un motorista de los de película de Harley, que un ciclista. ¿No me voy a cansar, con esta pechá de kilos que me sobran?

Hay un letrero en la fuente que dice que el agua no está tratada para el consumo humano. Lo que no saben es que bebo directamente hasta de los riachuelos; vamos, que debo tener todavía por ahí una foto bebiendo al lado de una vaca, los dos del mismo agua, antes de llegar a Trevélez, en una travesía que hice por la sierra de jovencito. De momento no me ha entrado un apretujón de tripas; vamos bien.

Como suele ser habitual, mi compañero no facilita las cosas, así que en vez de subir al pueblo por la carretera normal, cortamos desde la fuente hasta pasada la plaza del pueblo, por calles que dan miedo andando, imaginaos subiéndolas en bicicleta. Pues sí, rampa viene y rampa va, con el corazón en la boca, y para rematar la faena, repecho al 11 por ciento.

Vamos bordeando el pueblo, camino del Boyar, con una subidita por el lado del mirador, al 9 por ciento, para continuar al 5 y 6 sin descanso alguno.

La vista es preciosa, pero yo no le quito ojo a lo que queda por subir, notando un más que desagradable calor en todo mi cuerpo.

Esto ya deja de ser algo bonito para convertirse en algo peligroso. Ya marca el ciclocomputador 44,9ºC, es momento de plantearse seguir o dar la vuelta. Voy a llegar cerca de un pequeño parque de juegos, en sombra, y se decidirá lo más inteligente. Fijaos en la carretera que voy dejando detrás. Pues sigue así por delante durante muchos kilómetros.

Hemos optado por lo mejor en este caso para mí, damos la vuelta y otro día se intentará la ruta que habíamos planteado en principio. Vuelta a Grazalema, bajada y nueva subida al puerto Los Alamillos, pero ahora por la otra vertiente. Giro camino de Ronda, hasta la venta El Hondón, en la carretera de Sevilla, donde estaba el coche de mi colega.

El tubo de cerveza que nos hemos tomado en la venta, ha entrado del tirón. ¡Qué sed! Al final nos ha dado tiempo hasta de ver el final de la etapa del Tour. Creo que las algo más de tres mil calorías que he consumido para hacer los 55,2 Km, las tengo ya casi recuperadas; vaya plan.

Como dice Fito, viene y va

2 comentarios:

  1. ¡¡Que susto!! Despues de la entrada anterior, con el fresquito del agua submarina, me encuentro de golpe con este hippie panzudo y casi me bloquea el ordenador.
    Lo positivo que saco es la libertad que da montar en bici. Fuera complejos y a disfrutar de la vida. Dí que sí.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Puede que Arturo tenga razón. Deberías hacer más ejercicios y dejar de tomar cosas que te hagan engordar.

    Un beso.

    ResponderEliminar