viernes, 2 de septiembre de 2011

Tajo del Molino

Había pasado ya varias veces por la carretera de Teba, observando el cartel anunciador del Tajo del Molino, suponiendo que era el que tenía a mi izquierda. Este domingo pasado andaba no muy lejos de allí, quería dar un paseo y pensé en visitar el sitio. De modo que se lo propuse a mi hijo, nos montamos en el coche y nos dirigimos al lugar. Aparcamos el coche en un sitio donde hay hecha una piscina en plan rural, con entrada y salida directa del agua. Javi quiso bañarse, pero no me pareció buena idea, dada la hora de la tarde y mis dudas sobre las condiciones higiénicas del agua.

Leimos algunos carteles informativos sobre la zona y decidimos ir río arriba para adentrarnos en el tajo. Las aguas del río de la Venta están contaminadas, unos mozos del pueblo nos explicaron que se debía a una granja que hay aguas arriba. La belleza del lugar es singular y, por esta compuerta, supongo que se controla el riego de los campos cercanos.

Una pena no poder bañarse en las pozas formadas, con el paso entre ellas mediante cascadas.

Un espectáculo hizo que me olvidara por completo de sacar una vista general del tajo, que yo llamaría más bien desfiladero, ya que discurre entre dos cortados de roca. Sus paredes estaban pobladas por escaladores que disfrutaban de un montón de vías equipadas.

Me llamó la atención el nivel de algunas chicas. En concreto, la de la foto poseía una musculatura muy desarrollada para estos menesteres.

Como habréis adivinado, el niño se lo pasó de escándalo, saltando de roca en roca por el río.

Alguien nos habló de una cueva cercana, que después me he enterado que se llama de las Palomas. Iniciamos el camino hacia ella, para lo que había que subir por una ladera desde la que se veían unos paisajes estupendos.

Hasta el campeón no pudo resistir la tentación de contemplar tan preciadas vistas.

Llegamos a una escalera metálica que se adentraba en la tierra, bajamos por ella y llegamos a la entrada de la cueva, que estaba cerrada mediante una reja con puerta, así que nos tuvimos que conformar con una fotografía de la cueva desde fuera.


De vuelta al coche ya estaba casi anochecido. A nuestra derecha veíamos el torreón del castillo de Teba, sobre los olivares.






1 comentario:

  1. De modo, que has estado en Teba y con el niño, lo cual me parece de puta madre, y no llegas a mi casa; muy bien, se tendrá en cuenta para proximas visitas al Tajo.
    Una cuñada mosqueada...

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