lunes, 26 de octubre de 2009

Por tierras de Almería


Esa afición de árbitro de karate me llevó en esta ocasión a Adra, en la provincia de Almería. Dos horas y media de camino, la mayoría autovía, en un viaje acogedor como pasajero, ya que fui con dos amigos, y conducía uno de ellos. Al llegar a nuestro destino, nos dirigimos al puerto con la intención de comer buen pescado, pero no hubo suerte con el sitio elegido, esperábamos algo más de un establecimiento con esa ubicación; lo único positivo fue que pude hacer estas dos fotos del puerto por la noche.

La mañana del domingo la pasé en el interior del polideportivo, realizando mi labor lo mejor que supe, y la sorpresa del día fue estando de anotador cuando alguien se me acercó por atrás y me llamó; era mi amiga Laura, compañera del curso de Técnico Deportivo nivel I de karate, que es de Almería y se acercó por allí; dándome una gran alegría, porque ya hacía unos años que no nos veíamos.

Después de terminar con el trabajo, a las dos de la tarde, nos volvimos, con parada en el puerto de Motril, donde sí que nos dimos un homenaje de los de verdad en el restaurante llamado La Piscina, atendiéndonos de forma excepcional, entre otras cosas porque son pacientes de mis dos compañeros de viaje, los hermanos Reque. Tanto el pescado que comimos, como el marisco, estaba exquisito. Un buen sitio para comer, de verdad.

Os dejo con una canción que me encanta, y espero que también os agrade a todos. Un clásico.

1 comentario:

  1. Se me cruzan dos recuerdos al ver esta publicación y sus bellas fotos. De un parte cuando nos decidimos a hacer el curso de arbitro regional, en Baeza, allá por el mes de marzo de 2004, con la compañía de mi mujer, embarazada por entonces del primero de mis hijos. He de confesar que, aunque novato en ambos asuntos, padre y árbitro, ya me imaginaba que lo de padre era para toda la vida y lo de arbitrar tenía punto y aparte...
    El otro recuerdo viene desde el siglo pasado, de una ruta de varios días que hice con dos amigos por la Alpujarra en bici. En una de las últimas etapas pasamos por Adra y también visitamos su puerto pesquero para después continuar hasta Albondón. Casi muero en esas últimas subidas. Pero aquí seguimos, contemplando las maravillosas fotos que nos regala nuestro Sempai OMAL. Enhorabuena.

    Arturo

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