viernes, 26 de marzo de 2010

Una carrerita y una ducha fría

Cuatro meses sin ponerme las zapatillas de correr, todo el invierno y parte del otoño; ni para andar por casa. Hoy he terminado de hibernar. Al levantarme y comprobar en la báscula que la cosa se estaba disparatando de nuevo, he mirado por la ventana y al comprobar que no estaba lloviendo, he sacado del armario unos pantalones cortes y un polar no muy grueso, me he calzado las zapatillas y he cogido a las dos amigas de cuatro patas que conviven en casa; hoy el paseo lo iban a tener más movidito.

Menos mal que el frío se está yendo, hemos empezado a trotar los tres, las primeras impresiones eran buenas, Dana me miraba incrédula, como pensando –vaya, por fin toca otra vez moverse con el jefe- Luna no sabía dónde colocarse, cuando iba antes a correr, normalmente ella iba con otra persona; hoy iban las dos conmigo, una en cada mano, difíciles de manejar si nos encontramos con algún congénere suyo por el camino. El pecho empezaba a mover su interior, el corazón iba cogiendo ritmo, buenas sensaciones. Veinte minutos después llegábamos al punto de origen. Todos contentos.

Me ha dado tiempo hasta de romper a sudar, falta me ha hecho, porque al llegar a casa Maite me decía que nos habíamos vuelto a quedar sin butano, así que tenía que ducharme rapidito. Aquí es donde uno tiene que echar mano de la filosofía oriental, de la relajación de mente y cuerpo, porque curiosamente, mientras más respingos pegue uno, más fría parece estar el agua. Al final he conseguido relajarme y me he pegado una buena ducha con agua helada. Ahora estoy empezando a notar ciertos músculos de las piernas, que están despertando de un largo descanso.
Me he propuesto seguir haciendo esto siempre que no tenga que hacer karate o coger la bici; de este modo haré deporte todos los días y empezará a coger el abdomen un aspecto más a tono con un deportista.

Os dejo con una foto de cada una de mis compañeras. La grandota es Dana, mi perra, la bichillo es Luna, que aparece acomodada durante una de sus siestas; su dueña es la que la mima, pero no la que suele sacarla, porque dice que ya lo hace su padre a deshoras.
Por cierto, ¿quién me ha robado el mes de abril?
http://www.youtube.com/watch?v=sq187ARsRMM

1 comentario:

  1. Conozco alguno que por no estar puesto en el autocontrol oriental utilizaba el método del mordisco a la goma de la ducha para soportar el momento "Ley de Murphy" por el cual el butano siempre se te acaba a tí y casi siempre cuando ta estás enjabonado.
    Aprovecho para darte la bienvenida post invernal.

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