viernes, 5 de marzo de 2010

Vendrán tiempos mejores

Solo hay que mirar atrás para lo bueno, lo malo se olvidó. Ahora, intentando salir de este bache, vuelve uno la vista para comprobar que siempre han habido rachillas de las que se ha salido y se ha vuelto a la "normalidad".

Revisando fotos, he encontrado ésta de unas vacaciones de esquí en Andorra. Una pasada: una semana de esquí con unos colegas amantes del deporte. Algo que hay que repetir en cuanto se pueda, antes de que se pongan pesados los achaques. Desde luego que para poder hacer eso hay que contar con una mujer comprensiva y que sepa hacer agradable la vida de su pareja, como ocurre en mi caso.

De izquierda a derecha aparecen Gabriel, servidor, Luis y Wence. La foto la hizo Miguel Ángel, el organizador de este viaje para estudiantes del instituto donde estaba por aquella época. Gabriel era el otro profesor que acompañaba. Luis, Wence y yo íbamos por libre, aunque tuvimos que hacer el viaje con los chavales en el autobús; toda una aventura. Lo pasamos genial.

Ese mismo año tuve otras magníficas vacaciones en Francia. Me llamó Miguel Ángel para decirme que estaba en Tours haciendo un curso de francés, se había llevado a la familia y tenían un sitio libre en la buhardilla de la casa que habían alquilado. No lo pensé dos veces, cogí el coche con mi mujer y mi hijo; mi hija quiso quedarse con sus abuelos y, previa parada en Burgos para hacer noche, nos plantamos en tan bonita ciudad francesa de un tirón. Allí lo pasamos de miedo, no creo que se le olvide en su vida a Javi lo chulo que fue hacer una ruta en bici, con unas vistas geniales del Loira, el bajar más de diez kilómetros por un gran río en canoa, en medio de unos paisajes de ensueño, y muchas aventuras más. Fue un precioso viaje, que además no salió muy caro. En la foto estamos Maite y yo pedaleando por el carril bici que discurre siguiendo el río; el campeón iba sentado en una sillita detrás de papá.

Estoy a la espera de poder repetir algo parecido, una vez que las aguas vayan volviendo a sus cauces, y nunca mejor dicho.

Que yo no quiero problemas, que los problemas amargan ... (una rumbita para alegrar el fin de semana).

1 comentario:

  1. Pues espero que nunca vaya a olvidarme de todas mis aventuras en Francia, sobre todo porque visité la casa de Leonardo Da Vinci.

    Besos.

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