En alguna ocasión me han preguntado que cómo me apaño para poder hacer tantas cosas, hasta algún gracioso me pregunta si es que voy a trabajar. Mi respuesta siempre es la misma, muy simple. Si le sumamos a las ocho horas diarias de sueño, incluida la siesta, otras ocho o nueve de trabajo, aún nos quedan siete u ocho horas para comer, hacer deporte, fotos, jugar, leer y muchas cosas más; eso, durante una semana, da para mucho. Ahora, si me pasara cuatro horas delante del televisor, viendo a unos pocos detrás de una pelotita, o una película con mil cortes publicitarios, no tendría tiempo para fotos, karate, bici, guitarra, wii y lectura.
Qué lujo es vivir en un sitio donde aún se encuentra uno lugares donde no escuchar a nadie, donde perder el tiempo detrás de unos colores imposibles, persiguiendo olas, trazando mundos en mi mente.
Del azul al violeta,
de mi mundo al tuyo,
de tu vida a la mía.
Mi corazón en un suspiro
anhelando el roce de tu piel.
Mis sentidos tras tu sabor,
y todo mi ser, buscando tu amor.
Es que no hay nada mejor que imaginar … somos coordenadas de un par.
Qué lujo es vivir en un sitio donde aún se encuentra uno lugares donde no escuchar a nadie, donde perder el tiempo detrás de unos colores imposibles, persiguiendo olas, trazando mundos en mi mente.
Del azul al violeta,
de mi mundo al tuyo,
de tu vida a la mía.
Mi corazón en un suspiro
anhelando el roce de tu piel.
Mis sentidos tras tu sabor,
y todo mi ser, buscando tu amor.
Es que no hay nada mejor que imaginar … somos coordenadas de un par.
No sabes cuanto añoro la playa representada, mi playa, mi Bajadilla. Un saludo desde Ibiza.
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