sábado, 2 de enero de 2010

Una aventura ciclista nocturna

Este título es el que le gustaba al protagonista, así que se merece que lo ponga. Resulta que tenía pensado desde hace algún tiempo salir en bici de noche con mi hijo, y ayer, primero de año, fue el día elegido. Cuando le conté lo que íbamos a hacer, se quedó encantado. Una salida en bici, con luz frontal, los dos solos, hasta un bosque medio abandonado donde hay un torreón muy antiguo.

Metimos los frontales en mi mochila, cogí una cámara de fotos, inflamos las bicis, y a la calle. Nos iba anocheciendo por el camino, tuvimos que llenar un bote de agua de una de las fuentes, y no paramos hasta que llegamos a nuestro destino. Allí había que usar ya nuestras linternas para poder entrar en ese oscuro y desierto bosque. Javi estaba muy decidido, así que nos quitamos los cascos, nos pusimos los frontales, vuelta a poner el casco cada uno, y para adentro. La verdad es que prácticamente no veíamos nada, ya que la del niño era un frontal con un solo led. La mía tiene tres leds, pero de baterías iba bastante flojita. Dimos una vuelta por ahí dentro y decidimos volver hasta el próximo destino: el puente de madera del Marbella Club.

El puente estaba totalmente a oscuras, pero nosotros podíamos iluminar el paso sin problemas. Allí disfrutamos viendo una luna preciosa, enorme, que aparecía por encima de la sierra. Es en esos momentos, contemplando el mar, la luna y las luces de Marbella, cuando uno se olvida de que en el mundo hay problemas y estamos dándonos un beso en la boca con la vida.

Después de relajarnos y empezar a notar el fresquito de la noche marinera, empezamos de nuevo a dar pedales. Ya solo paramos una vez para que el campeón pudiera beber agua de mi bidón. Fueron dos horas preciosas entre padre e hijo. Él llegó a casa y se lo contó a su madre con esa ilusión que solo los niños saben poner en las cosas que van descubriendo.

Me haces tanto bien, Javi. Y tu hermana también. Ahora estás pasando por la etapa que viví antes con ella.

2 comentarios:

  1. Qué bonito y qué valor!!! Desde luego que estas vivencias no se le van a olvidar a tu hijo en la vida. Esto es dedicación a los hijos y lo demás es cuento...
    Te deseo que todas "las barbaridades" que se te ocurran este año, compartidas con tu familia, sean inolvidables.
    Un super beso.

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  2. Nunca se me olvidarán estas vivencias, nunca.

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